En julio de 2023 adquirí un portátil de media gama de la marca Asus por aprox. 700 euros en la filial de MEDIA MARKT SATURN S.A.U. situada en la calle Colón de Valencia. Dentro de un año solamente, en agosto del 2024, se falló el disco duro del equipo y tras la pérdida de varios días intentando arreglarlo, lo dejé para la reparación que entraba en la garantía de fabricante. Al mandarlo a la reparación
estaba consciente de que iba a perder todos los datos – un gran inconveniente y motivo por el cual buscaba otra solución en un principio. También porque el plazo de reparación citado era de varias semanas. La ley de defensa del consumidor establece que la reparación y la sustitución de productos defectuosos deben
realizarse en un plazo razonable y sin mayores inconvenientes para el consumidor.
Al no ser posible, el vendedor teóricamente está obligado a proporcionar un sustituto. No me ofrecieron una solución alternativa a la larga espera que conllevaba la reparación. Tras la pérdida de varios días de trabajo (y datos importantes que se encontraban en el disco duro), una espera tan larga no era una
situación viable, entonces decidí comprar un dispositivo en la misma tienda y devolverlo una vez pudiese disponer de mi portátil en avería de nuevo.
Compré el mismo modelo por 699 euros el día 24 de agosto de 2024 y intenté devolverlo en el plazo establecido por el vendedor. Sin embargo, no se me aceptó
la devolución por el motivo de que el nuevo equipo tenía cuatro picaduras casi invisibles en la cáscara (véase fotografías), ni tampoco la reclamación por defecto de fabrica al señalar que tras un cuidado meticuloso, la pintura no debería de rallarse tan fácilmente. En el otro portátil ocurrió el mismo problema (en mayor medida por el tiempo de uso).
Les expliqué que no llevaba pulsera o reloj que pudiese dañar el portátil y que
normalmente lo tenía conectado a un monitor y teclado externos por lo cual ni siquiera suele haber un contacto directo. Al parecer es el borde interior de la parte superior (véase fotografía) que deja marcas en la pintura de la parte inferior del portátil. Por uso habitual podrían entrar polvo y suciedad y al cerrarse el portátil
podría haber provocado un desgaste de la pintura aunque no debería. El encargado me dijo que el periodo de prueba de 60 días era únicamente para probar el equipo y no para usarlo “gratis”. Sin embargo, no habría sido necesario si el primer equipo adquirido en la tienda no hubiese sido de una calidad pésima, si me hubieran
podido ofrecer un plazo de reparación más aceptable o un equipo de sustituto.
Me encuentro en la situación entonces de tener dos equipos, los dos con un
desgaste muy atípico de la pintura, y otro que aparte de tener un nuevo disco duro reemplazado está dando problemas de la batería y una entrada USB en la actualidad. Me gustaría ejercer mis derechos de consumidor y poder devolver al menos uno de los equipos por defecto de fábrica.