Adquirí una entrada para la “San Diego Comic Con Málaga” correspondiente al sábado 27 de septiembre.
Sin embargo, tuve que enfrentarme a una serie de inconvenientes que me impidieron disfrutar de la experiencia en su conjunto.
Siguiendo las instrucciones publicadas, intenté reservar algunas actividades el 15 de septiembre a las 15:00 (tal como se anunciaba en la web). No fue posible acceder a ninguna reserva hasta las 18:00, y en ese momento todas las actividades que me interesaban ya aparecían como completas. El problema radica en que en otras versiones de la página (como la portuguesa o la italiana) sí se podían reservar desde las 15:00, por lo que cuando se solucionó el fallo en la web en castellano ya no quedaban plazas, dejando en desventaja evidente a los participantes hispanohablantes frente a los extranjeros.
El día 27, la cola de acceso llegaba hasta uno de los laterales del palacio de ferias y congresos, con varios rodeos en el trayecto. Uno de los dos trabajadores destinados a “organizar” la fila nos comentó que solo eran dos personas para gestionar a tantísimos asistentes. La falta de personal provocó que muchos participantes que llegaron bastante después se colaran sin control, ya que era imposible que únicamente dos personas supervisaran a tanta gente. En la entrada se creó un embotellamiento en el que se mezclaban quienes llevábamos horas esperando con quienes acababan de llegar. Como consecuencia, no pude asistir a algunas actividades ni adquirir coleccionables exclusivos que se agotaron antes de que pudiera entrar, debido a los numerosos colados.
Una vez dentro, a mediodía, las colas superaban las dos horas bajo el sol sin ninguna medida para mitigar el calor o protegernos, solo para acceder al área donde estaban los stands y actividades. Esto nos impidió participar en ellas, y lo único que conseguimos durante la tarde fue deambular por pasillos estrechos donde las filas se confundían con el flujo de gente. No había ningún tipo de organización que ayudara a identificar dónde comenzaban o terminaban las colas, ya que los propios trabajadores no podían dar indicaciones claras al respecto.
Cuando intentamos desplazarnos dentro del mismo pabellón (en el hall M, desde la zona de exposición de figuras coleccionables hacia la entrada principal, de la que ya veníamos), los trabajadores nos obligaron a salir y volver a hacer la cola de acceso, a pesar de que ya estábamos dentro de ese mismo edificio, lo que supuso perder otras dos horas adicionales.
En resumen, la jornada se redujo prácticamente a pasar el día entero haciendo colas bajo el sol.
Por todo lo anterior, solicito un reembolso total o parcial de la entrada.