El día 29 de Febrero de este mismo año 2020, mi pareja y yo adoptamos una hembra mestiza de American Staffordshire, que responde al nombre de Samba. Lógicamente, en temas de adopciones se requiere un período de adaptación, que suele ser de 2 meses, pero, debido a la pandemia del Covid-19 y al consiguiente confinamiento, mi pareja y yo no hemos podido comprobar la adaptación de la perra con nosotros ni de nosotros con la perra, ya que, no sabemos como se comporta en la calle, con otros animales y con otras personas.Al finalizar el confinamiento la perra ha empezado a salir a dar paseos más largos, resultando ser muy agresiva con los demás perros, no así con las personas, con las que es un verdadero amor. El día 4 de Julio, en un día de campo junto con otros de nuestros animales, Samba estaba con su bozal, durante todo el día, para ver como se adaptaba a las que iban a ser sus nuevas amigas. Por la tarde, al quitarle el bozal, se lanzó a por una de mis perras, rompiéndole la escápula, con el debido gran gasto de veterinario para la operación que han tenido que llevar a cabo. Despúes de eso, la perra es incontrolable, volviéndose más agresiva si cabe, por lo que nos vimos obligados a contactar con Arat para devolver a la perra, ya que la convivencia con ella hacia los demás animales es insostenible. Hemos contactado con la protectora de animales, tachándonos de mentirosos, irresponsables, y diciendo, ya de paso, que no piensan hacerse cargo de nada.No queremos dinero, no reclamamos nada, solamente queremos que la perra vuelva donde estaba, ya que nos está afectando muchísimo emocional y psicológicamente su agresividad. Pensamos que, debido al confinamiento, el período de adaptación debería haber sido más largo y no desentenderse de ello la protectora.