En Octubre 2020 compré un sofá chaiselongue modelo Grönlid, durante los 3 primeros años me lo cambiaron 3 veces por problemas de calidad, llegando al punto que Ikea retiró el producto del mercado. Este año (2025) un técnico vino a ver el sofá y dijo que efectivamente, la calidad del mismo era baja y que me devolvían el importe del mismo.
Ikea se comprometió a recogerlo el Sábado 23 en el plazo de 13 a 17. Después de 4 llamadas y a las 19:30 me indican que no va a venir nadie, en esas llamadas la siguiente fecha disponible que me daban era el 5 de Septiembre.
El Lunes 25, después de 3 llamadas, me confirman por Twitter, que la recogida se efectuaría el Martes 26 en el plazo de 13 a 17. En la última llamada, incluso me jura que por supuesto que se va a realizar el servicio, que lo del Sábado fue un error que no va a volver a suceder.
El Martes 26, el transportista me dice que él sólo transporta y no desmonta y que no va a realizar el servicio. Ikea me llama y me da como opción el Jueves 28 (fecha no útil para mí) o 5 de Septiembre.
Entiendo que tienen la agenda acordada, pero yo no soy un cliente nuevo, yo soy un cliente al que le tenían que haber realizado la recogida el Sábado y después el Lunes. Si no son capaces de hacer su trabajo, tendrán que reorganizar la agenda o pagar horas extras.
Para mi sorpresa, me envían un mail diciendo que la recogida se hará el 2 de Septiembre, fecha que en ningún momento me han ofrecido y que además no es posible.
El problema es que Ikea no procede con la devolución del importe (899€) hasta que recojan el sofá, pero aunque se comprometen a recogerlo (Sábado y Martes) no vienen. No cumplen con su trabajo y repercuten sus fallos en el cliente. Yo he dado como opciónes: el Martes hasta final del día o el Miércoles durante todo el día y también que procedan con la devolución sin realizar la recogida porque han demostrado sobradamente que no son capaces de realizarla.