El pasado miércoles 19 de abril entré en la web de cines Golem para comprar dos entradas para el día siguiente, jueves 20 de abril. La página ofrecía 3 posibilidades:- Entrada normal web: 7,80 €- Pack familiar web: 23,60 €- Reducido web: 3,90 €La página web de Golem ya advierte que “Los portadores de entradas con descuentos deberán justificar al personal del cine que cumplen con las condiciones que oferta GOLEM para dicho descuento.”Me quedaban claras las condiciones del pack familiar (Pack Familiar : 2 adultos + 2 menores 12 años o 1 adulto + 3 menores 12 años), que ni cumplía ni me interesaba. Pero la entrada “Reducido web”, ¿qué condiciones requería? Nula información. Me dediqué a simular compra de entradas para otros días y otras sesiones, intentando encontrar alguna pista o ejemplo que me lo aclarase.De esta manera pude encontrar otros tipos de entrada, en los que se detallaba el requisito o condición a cumplir:- Mayores 65 años WEB: 6,60 €- Menores 12 años WEB: 6,10 €- Miércoles al cine: 3,90 €- Día del espectador: 3,90 €En las entradas para los domingos me encontré con otro caso muy dudoso, porque se daba a elegir entre dos opciones:- Web domingo noche: 4,90 €- Domingo noche: 5,00 €Esto parecía indicar que podían coexistir las entradas normales y con descuento para un mismo día, aunque tampoco sabría cuál elegir. Volviendo a mi duda inicial, finalmente llegué a la conclusión de que la entrada “reducido web” era una oferta de carácter general, ya que de lo contrario la web especificaba condiciones (edad mínima o máxima, día de la semana, etc.) y decidí por tanto comprar dos entradas de este tipo.Al día siguiente, al intentar acceder a la sala de proyección nos denegaron la entrada y nos pidieron acreditar el derecho a descuento. Yo repliqué que no se especificaban condiciones para el descuento y, ante la insistencia, acabamos yendo a la taquilla para aclarar el asunto. Allí, la única empleada que atendía nos explicó que la opción de entrada reducida se encontraba disponible en la web por error, que era una oferta especial para minusválidos que estaban preparando y que al final no salió adelante. En ese momento pensé: “Vale, todo aclarado, se trata de un error de Golem”. Pues no, error mío pensar que ahí se acababa todo. La empleada comenzó a argumentar cosas de lo más peregrinas: - Golem: “Si hay entrada normal tienes que comprar la normal, no la de descuento”- Yo: “¿Pero entonces por qué habilitais una entrada con descuento, si realmente no la puede comprar nadie?”- G: “Es que era un error, era una oferta para minusválidos pero no salió”- Y: “¿Y por qué no especificáis algo así como “Entrada discapacitados” y así no dejáis margen de error?”- G: “Si queréis entrar tenéis que pagar la diferencia de importe con la entrada normal”En estas saqué el móvil y le enseñé las opciones de compra de entrada de la web de Golem para el domingo noche.- Y: “¿Me podrías decir en este caso cuál es la entrada correcta según tu criterio?”- G (confusa): “Bueno... está claro, la de 4,90 euros porque pone web y estás comprando en la web.”- Y: “Pero entonces, la otra opción, la que no pone web ¿a quién va dirigida? En la entrada que he comprado yo también pone “reducido web”.”- G: “Sí, pero también tienes la normal, entonces tienes que comprar la normal”.- Y: “¿Entonces me estás diciendo que se trata de un error de Golem, pero que aún así lo voy a pagar yo?”- G: “Lo siento, pero tenéis que pagar la diferencia.”Como quedaba claro que no íbamos a llegar a un entendimiento y la película estaba a punto de empezar, decidimos abonar la diferencia, pero solicitando el descuento por carnet joven para una de las entradas (por supuesto mostrando el carnet joven para acreditarlo). Esta posibilidad nos fue negada porque al haber comprado en la web, a la hora de pagar la diferencia no se admitían otro tipo de descuentos. Así que finalmente acabamos pagando el precio más caro de todos los posibles, cuando de haber comprado las entradas en taquilla de manera normal, al menos hubiéramos tenido descuento por carnet joven. Aberrante, nivel de desfachatez máximo.Al terminar la película pedimos una hoja de reclamaciones que rellenamos exponiendo los hechos y solicitando rectificación y reembolso del coste extra abonado a Golem. Además incluimos un comentario recomendándoles introducir cambios en su web de venta de entradas, eliminando las opciones de compra equívocas y aumentando la información para evitar confusiones. La hoja de reclamaciones quedó en poder de Golem y nosotros a la espera de que alguien se pusiera en contacto para las pertinentes aclaraciones. Yo además me dediqué a guardar capturas de pantalla de las diferentes opciones de compra de entradas en la web, para poder demostrar todo lo que argumentaba.Pasado el generoso plazo de un mes, nos personamos en Golem Baiona para hablar con la encargada, ya que nadie había contactado conmigo. En cuanto le mencioné la hoja de reclamaciones enseguida identificó el caso. Si aún mantenía una cierta esperanza de poder tratar con una persona razonable, ésta quedó echada por tierra en cuestión de segundos. La actitud de la encargada era si cabe aún más cerril que la de su subordinada.Mantuvo los mismo argumentos (o más bien falta de ellos) que su empleada y la discusión tomó un cariz parecido. Cuando le enseñé la captura de pantalla con las equívocas y confusas opciones de compra de los domingos noche, me contestó que “eso ya se había solucionado”. Se le olvidó añadir o agradecer siquiera que había sido a raíz de mi hoja de reclamaciones. Incluso llegó a insinuar que habíamos actuado de mala fe, intentando aprovecharnos de un error en la web para pagar menos.Llegados a este punto, me sentí profundamente insultado y a punto de explotar. Porque al igual que esa impresentable, yo también podía dudar y sospechar que Golem pone entradas en falsa oferta en su web, haciendo que los clientes piquen el anzuelo y cobrándoles luego la entrada completa en el cine. Pero yo al menos tenía la decencia de no mencionarlo sin tener pruebas. Sin mediar más palabras, exigí la devolución de la hoja de reclamaciones para su presentación en el departamento de Consumo del Gobierno de Navarra. Como se comprende, este asunto va más allá del mero sobrecoste de 8 €. Se trata del trato recibido y de la total falta de clase y categoría de Golem como empresa. Jamás hasta ahora había tenido que pagar yo el error cometido por una empresa o establecimiento. No había visto jamás una persona encargada de un negocio que, a pesar de reconocer su error y lo chapucero de su sistema de compra en red, no sepa hacer gala de humildad y conciliación y dejar a su cliente satisfecho.