Envié una máquina de coser familiar (muy cuidada, de gran valor sentimental y totalmente funcional) a través de la empresa de transporte InPost, PP13558165. Elegí esta empresa pensando que ofrecía un servicio seguro y profesional, pero el resultado ha sido muy decepcionante.
La máquina se envió correctamente embalada y protegida por mí misma, con experiencia en este tipo de traslados: ha viajado incluso por barco durante meses sin sufrir daños. En esta ocasión, el trayecto era corto (menos de 24 horas), y aun así la máquina llegó seriamente dañada.
Inmediatamente tras la entrega, el destinatario me informó del mal estado en que había llegado. La máquina no solo presentaba golpes visibles en la carcasa, sino que además quedó inservible. Abrimos una reclamación aportando pruebas fotográficas tanto del daño como del embalaje, y explicamos que se había cumplido con todos los requisitos básicos para un envío seguro.
La respuesta de InPost fue automática y genérica: rechazaron toda responsabilidad alegando que “el embalaje no cumplía los requisitos”, sin dar explicación concreta alguna. No señalaron qué requisito concreto no se había cumplido, ni en qué punto del trayecto ocurrió el daño, ni por qué no se informó al destinatario al momento de la entrega. Tampoco han proporcionado ningún informe, fotografía o registro que respalde su decisión.
Insistí en mi reclamación, exigiendo claridad y documentación, y volví a recibir un correo genérico, sin responder a ninguna de las cuestiones planteadas. Su política de atención parece estar orientada a desgastar al cliente, esperando que se rinda ante la falta de respuesta real.
Considero que esta actitud es una falta grave hacia los consumidores. Ofrecen un servicio con aparente cobertura y garantías, pero en la práctica no hay trazabilidad real del paquete, ni inspección seria del daño, ni voluntad de asumir responsabilidades. Simplemente culpan al cliente sin argumentos ni pruebas.
Por todo ello, solicito que la OCU intervenga para que se revise esta reclamación y se exija a la empresa InPost que compense los daños ocasionados. El perjuicio ha sido doble: por la pérdida de la máquina, y por la frustración que supone tratar con una empresa que actúa con opacidad, falta de rigor y desprecio al consumidor.
Agradezco a la OCU su apoyo para exigir transparencia, justicia y respeto por nuestros derechos.