1. Realicé un pedido a través de la aplicación de Glovo, abonando por adelantado un importe total de 27 euros mediante tarjeta.
2. El pedido sufrió varios retrasos hasta acercarse a la hora de cierre del establecimiento.
3. Me personé en el local, donde el pedido había sido preparado puntualmente por el establecimiento a la hora inicialmente prevista.
4. El propietario del establecimiento se puso en contacto con Glovo para solicitar la autorización o el importe del pedido con el fin de prepararme otro pedido caliente, ya que el original había quedado frío. Sin embargo, Glovo se negó a autorizar dicho reemplazo.
5. Transcurrida aproximadamente una hora y media desde la realización del pedido, recibí una llamada del servicio de asistencia de Glovo informándome de que el repartidor había llegado y preguntándome si aún deseaba recibir el pedido. Les indiqué que no, ya que la comida estaba fría y se habían negado a prepararla nuevamente.
6. En esa llamada, la agente de asistencia me comunicó que se cancelaría el pedido, pero en ningún momento se me informó de que dicha cancelación implicaba la pérdida del importe abonado.
7. Posteriormente, contacté de nuevo con Glovo para preguntar por el reembolso, y se me indicó que se procesaría de forma inmediata o en un plazo de 24 a 48 horas.
8. Transcurridas más de 48 horas, el reembolso no se ha efectuado.
9. Al volver a contactar con Glovo, se me informó de que no se realizaría el reembolso, argumentando que el repartidor había llegado, pese al retraso de casi dos horas y a que la cancelación fue inducida por su propio personal.
Por todo lo anterior, solicito el reembolso íntegro del importe abonado (29 euros), ya que considero que se ha producido una deficiencia grave en el servicio y una falta de información al consumidor respecto a las consecuencias de la cancelación.