El pasado 2 de julio remití una cafetera a reparar a ICP, servicio técnico oficial de la marca. A día de hoy, 28 de agosto, aún no he recibido el aparato de vuelta.
En un primer momento, el retraso se debió a problemas informáticos que impedían modificar una línea de un presupuesto y, actualmente, se me informa de que la pieza a sustituir no se encuentra en stock.
He solicitado en varias ocasiones información a ICP, sin obtener respuesta por su parte. Asimismo, su departamento comercial no parece mostrar sorpresa ante la demora sufrida.
Es un pena que, a veces, la elección de un subcontratista inadecuado pueda perjudicar seriamente la reputación de una marca de prestigio.