A finales del mes de enero de 2021 visité la web de automóviles Toyota. En el apartado de vehículos de ocasión observé un coche Auris Touring Sports hybrid 140H Active, con 28656 kms., al precio de 16.995 euros (con IVA incluido), que me interesó. Dicho coche se encontraba en el concesionario de Toyota Nimo Gordillo Automóviles, S. A., en Sevilla, que en su página web figura al precio de 17.495 euros, IVA incluido. Me puse en contacto con el concesionario. A los pocos días me llamó a mi teléfono móvil un asesor comercial, que me informó y me remitió por correo electrónico oferta genérica el 25 de enero. Durante los siguientes días, el comercial me estuvo bombardeando por whatsapp con fotos del coche e información. Le tuve que decir que el whatsapp lo utilizo para trabajar y que por favor dejara de mandarme información del coche. El sábado 30 de enero, por la mañana, fui a ver el coche a las instalaciones que tiene Nimo Gordillo Automóviles, S.A., en la Avenida Fernández Murube, 24, en Sevilla. Allí probé el vehículo, acompañado de un amigo, y observé, entre otras cosas, que los kilómetros eran aproximadamente los anunciados. También me comunicó el comercial que el vehículo me lo entregarían con una revisión, o puesta a punto, y me lo entregaría la próxima semana. Formalicé su reserva con 200 euros y comuniqué que entregaba mi coche antiguo. El día 2 de febrero realicé transferencia a Toyota Nimo Gordillo, S.A. por el importe total del vehículo. El viernes 5 de febrero le pregunté al comercial que si me iba a entregar el coche y si estaba su documentación, contestándome que esa tarde, a las 16:30 horas, me lo entregaba. Ese día, sobre las 16:00 horas, me dirigí a las instalaciones de Nimo Gordillo S.A., en la Avenida Fernández Murube, que era donde había probado el coche el 30 de enero. Cuando me dirigí hacia allí, me llamó el comercial que estaba en la calle Economía, se había marchado ya (eran las 16:50 horas), que faltaba la rueda de repuesto, la alfombrilla, y que el lunes día 8 de febrero me lo entregaría. Le contesté que me había hecho perder mi tiempo. El lunes 8 de febrero le remití a dicho asesor comercial un correo electrónico comunicándole que cuando estuviera todo lo que me tenía que entregar del coche me lo comunicara. Ese mismo día, a las 11:53 horas, me remitió un correo informándome que todo estaba listo, salvo el segundo juego de alfombrillas que llegaba mañana. Y añadió: “lo puede recoger hoy o mañana…como prefiera…”. A continuación, le remití de nuevo, un correo electrónico comunicándole que como iba a estar el coche el viernes día 5 de febrero, mi vehículo antiguo (y que iba a entregar) se quedó sin seguro, porque ese día realicé con mi compañía de seguro el cambio de seguro (del coche antiguo lo pasé al nuevo). Tuve que llamar varias veces a mi compañía de seguros para cambiar seguros de uno y otro coche, ante las faltas de veracidad del asesor comercial. También, entre otros puntos, le transmití que si veía normal lo que hacía diciéndome que el coche está para entregar y no estaba. El martes 9 de febrero, el comercial me comunicó por correo electrónico que ya llegó el segundo juego de alfombrillas, por lo que ya estaba todo listo y podía recogerlo. Hasta el 11 de febrero no tuve tiempo para desplazarme a las instalaciones de Nimo Gordillo, en la calle Economía, número 8. Ese día, por la tarde, recogí mi vehículo. No obstante, cuando me subí para marcharme del concesionario comprobé que el coche tenía unos 170 kilómetros más de los anunciados y de los observados el 30 de enero, cuando probé el coche. Le pregunté al asesor comercial y me contestó: “son los kilómetros que se le han hecho durante la “puesta a punto”. Por lo tanto, deduje, que cuando entregué la señal de reserva del coche y posterior pago total del vehículo mediante transferencia, lo cogieron para otros asuntos particulares o del concesionario. No es normal que me entreguen un vehículo con 170 kilómetros de más, una vez pagado. Adjunto factura de compra en donde figuran 28.815 kms.Esta es la profesionalidad que tienen en Toyota Nimo Gordillo, S.A. de vender coches. Su asesor comercial me engañó varias veces diciéndome que estaba el coche listo para entregármelo y no lo estaba, haciéndome perder mi tiempo. Me dio un plantón el día que supuestamente estaba y se marchó de las instalaciones de la calle Economía. Y por último cuando recogí el vehículo tenía unos 170 kilómetros de más, de la supuesta “puesta a punto”.