En julio de este año, acudimos a Ikea al servicio de planificación de cocinas, con la intención de comprar una cocina y contratar su montaje. El 27 de julio vino un medidor a casa, como parte de la rutina del proceso, y acudimos de nuevo al servicio de cocinas para terminar de definir detalles y concertar una cita. Inicialmente, la fecha de montaje se acordó para el 3 de septiembre, y el 31 de agosto transportaban a nuestro domicilio todos los materiales asociados al pedido de la cocina. A partir de aquí, empezó nuestro calvario.
Una semana antes de la cita nos percatamos de una errata en la fecha de montaje; a la persona que nos atendió le recalcamos que tenía que ser el día 3, pero nos agendó para el 2. Por supuesto, cuando llamamos para comentar este asunto, la solución fue darnos otra cita más tarde, así que el montaje se retrasó al 10 de septiembre. Llegado este día, a las 11 de la mañana todavía no teníamos noticias sobre los montadores ni Ikea (aclarar que se contrató el servicio para que vinieran a primera hora, a las 9:00h). Llamamos a Ikea y nos confirmaron que el montaje estaba previsto para ese día, y que se ponían en contacto con los montadores. 5 minutos después recibimos una llamada de estos montadores diciendo que nuestra cita no aparecía en el sistema, y que ellos estaban haciendo otras faenas en otras poblaciones; que cuando terminaran, acudirían. Sobre las 13:00 se presentaron en el domicilio, haciendo por supuesto su parada reglamentaria a comer, y nos comentaron que ellos a las 17:00 acababan. Viendo nuestra reacción ante esa situación tan surrealista, nos dijeron que se quedarían un rato más, y finalmente alargaron el trabajo hasta las 21:00 aproximadamente. Cabe destacar que no trajeron ningún plano de la cocina y nos preguntaron en repetidas ocasiones cómo debían montar las cosas, hasta el punto de que hubo que corregirles en varias ocasiones porque se montaban ciertas cosas al revés. El trabajo estaba lejos de quedarse terminado, y nos dijeron que al día siguiente volverían, a lo que les recalcamos que evidentemente tendría que ser por la tarde, ya que no teníamos la posibilidad de coger más días libres en el trabajo (y mucho menos después de la experiencia que habíamos tenido) y siempre se nos dijo que el montaje se haría en 1 día. Al día siguiente, miércoles 11, no aparecieron; tampoco el jueves ni el viernes. El lunes 16 llamamos a Ikea, evidentemente muy descontentos por el trato que estábamos recibiendo, y recalcando que por favor nos enviaran a otro equipo de montadores más profesionales, que al final era el servicio que habíamos contratado. A partir de ese momento, la comunicación con Ikea siempre ha sido nefasta. Recibíamos información contradictoria, nadie parecía asumir responsabilidad (Ikea lo achacaba todo a la empresa montadora). De hecho, inicialmente cuando llamamos para reclamar nos dijeron que por supuesto nos enviarían a otro equipo, y después de varios días nos dijeron que no podía ser, porque ese era el único equipo que trabajaba en nuestra zona. El jueves 19 recibimos una llamada de un montador diciendo que, a lo mejor, podía encargarse él, que ya nos volvería a llamar en 20 minutos. No supimos nada. De repente, el sábado día 21, sobre las 10 de la mañana se presentó en nuestro domicilio y sin previo aviso ese montador, sin prácticamente herramientas, para asumir (supuestamente) lo que quedaba del montaje. Después de estar todo el día, hasta las 21:00 aproximadamente y prácticamente sin hacer descansos, tampoco terminó, y además resultó que habían piezas que se tenían que cambiar/devolver, por lo que nos pidió disculpas reiteradamente. En este punto, recalcar de nuevo que esta persona llegó sin a penas medios para trabajar, y tuvimos que dejarle herramientas así como darle indicaciones también a la hora de montar (de hecho, la encimera la cortaron mal), tanto a él como a otra persona que llegó más tarde. Nos dijeron que volverían el próximo sábado. Pasaban los días y, oficialmente, seguíamos sin tener información ni de Ikea ni de los montadores, que en teoría iban a pasar un informe con las piezas que faltaban para que pudiéramos recogerlas y tenerlas antes de que volvieran a montar. Hacia finales de la semana del 23, por supuesto, tuvimos que llamar de nuevo a Ikea, y no tenían idea de qué piezas necesitábamos ni del estado en que estaba nuestra cocina ya que al parecer no tenían informe alguno por parte de la empresa montadora. En esa misma llamada, nos confirmaron que acorde a su programa interno, no les figuraba que fuera a acudir un montador el sábado 28, y que de hecho tampoco les constaba la cita anterior porque se había hecho fuera de horario. Después de esto y en el transcurso de dos semanas, la comunicación con Ikea continuó siendo nefasta, sin ningún tipo de solución al problema. Nos llamaron diciendo que la empresa montadora tenía que hacer una revisión para ver qué faltaba exactamente para terminar la cocina, ya que seguían diciendo que no tenían ningún informe. El día 7 de octubre, avisando con solo media hora de antelación, acudió al domicilio una persona de la empresa montadora para tomar nota de todo lo que faltaba. En esta visita nos dijeron que nos habían dado una nueva cita para el día 17 de octubre, para el montaje de la cocina (señalar que ni se nos preguntó sobre esto, solo nos dijeron qué día era la cita y que la habían cogido "por ir adelantando"; que nos viniera bien o mal, ya no era relevante). Después de pedir un favor para que pudiera haber alguien en el domicilio ese día, nadie se presentó. A las 9:30 llamamos a Ikea, y nos dijeron que estaban en camino. A las 11:00, seguían diciendo que estaban en ruta. Finalmente, después de llamar otra vez, nos dijeron que venían al día siguiente. Hoy, 18 de octubre, han vuelto los montadores para "terminar" la cocina. Antes de las 14:00 ya se habían marchado, aún quedando cosas por solucionar, y diciendo que reclamáramos lo que faltara y que nos quejáramos a Ikea. Esto NO es un servicio de montaje profesional; esto es vergonzoso. Los acabados, tal y como hemos documentado en fotos, son deplorables.
Cómo comprenderán, los sentimientos que tenemos después de todo este proceso que todavía no ha terminado, son de rabia e impotencia. Se nos ha tratado con indiferencia, y han demostrado una gran falta de interés al no hacer un seguimiento real de nuestro caso. De nada sirve abrir incidencia tras incidencia, si nadie hace un seguimiento de esas incidencias. SIEMPRE hemos sido nosotros quienes hemos tenido que llamar a Ikea para que nos dieran explicaciones, ateniéndonos cada vez una persona diferente y siempre con el mismo discurso, para luego volver a pasar días sin tener noticias. Nos sentimos completamente estafados. Hemos encadenado problema tras problema, y creemos que es verdaderamente grave que, habiendo pasado ya más de un mes desde que debiera haber estado montada la cocina, sigamos en esta situación. Desde el principio se nos ha tratado como si nos hicieran un favor, o tuvieran que "hacernos hueco". ¿Esto es lo que se consigue después de pagar un servicio de montaje "profesional" de 500€ y una cocina de casi 5.000€? Sinceramente, llegados a este punto, solicitamos no sólo que se nos devuelvan esos 500€, sino todo nuestro dinero, ya que los acabados son nefastos y hay materiales que están destrozados, por haberse cortado o manipulado mal. Ya no nos parece una solución aceptable que manden a otra persona de esta empresa de montaje. Han venido 3 personas/equipos distintos, y todos han procedido con el mismo desinterés (de lo contrario, los acabados no serían los que son). Pero al final, el problema de esto no es tanto esa empresa montadora, sino cómo ha actuado una empresa grande como Ikea, y la falta de cuidado hacia sus clientes. Sin duda, una verdadera pesadilla que queremos que acabe cuanto antes.