La compañía Ryanair obligó a facturar el equipaje de mano que quería llevar conmigo en cabina, con un coste de 45,99 euros. No permitieron interponer una reclamación en el mostrador, por lo que se realizó de forma posterior por correo electrónico. Sin embargo, la compañía no ofreció ninguna solución ni devolvió el importe cobrado de forma abusiva.