Ana, la Trabajadora Social del Hospital Chare de Alta Resolución de Utrera me dijo ayer que quería verme más gorda. Ella está gorda y llevaba el cuerpo tapado desde el cuello hasta los tobillos, yo llevaba shorts cortos y camiseta de tirantas corta, no tengo vientre ni estómago ni celulitis. Me gusto así, quiero mantener la salud y la figura, me esfuerzo en ello, como sano. Ella tenía mucho estómago y mucho vientre, las piernas no se le veían, tenía la cara hinchada por la medicación. Yo hice una entrevista con mis padres con ella y no me dijo para qué, me pidió mis datos, dirección, teléfono y dni y formación y número de hermanos y mi historia personal y profesional en el Hotel Melià de Londres, lo que me pasó allí. Se lo conté todo. Mi padre la presionó con un gesto, yo me bloqueé y no pude darle mi teléfono bien, luego se lo corregí, ella dejó de escribir y se puso a interrogarme. Fue cuando me dijo que quería verme más gorda. Luego, al despedirnos, me dijo al oído que era de mi quinta, con estas palabras, y puso lágrimas en los ojos haciéndome sentir mal, igual que la enfermera Ana, el día que fui a verla. Las dos me miraron con los ojos llorosos para hacer sentir pena por mí.
Quiero denunciar infamia o calumnia y manipulación psicológica para las dos. Es el Art. 205 del Código Penal, tiene prisión durante un año además de otras penas. Ana era discapacitada. Ella aguantó la presión de mi padre y sonrió, no se bloqueó. Luego me dijo que había hecho sexo con mi padre.