Estimados Señores:
Me pongo en contacto con ustedes porque:
El 4 de enero de 2022, acudí a mi primera visita en los Institutos Odontológicos de Vilanova i la Geltrú para una valoración del arreglo dental. Allí me informaron sobre el procedimiento necesario y me presentaron un presupuesto total de 14.000 €, eligiendo cerámicas de alta calidad y el color más blanco. Comenzamos los trámites de pago, que incluían una parte al contado y otra a crédito. Hasta la fecha, he pagado la totalidad, pero aún no tengo la dentadura.
El 15 de febrero de 2022, iniciamos las intervenciones de implantes con el Dr. Guillermo Moya y la Dra. Aisha Martínez para los provisionales. Desde esa fecha hasta el 14 de marzo de 2023, el proceso con el Dr. Moya transcurrió sin inconvenientes.
El 14 de marzo de 2023, tenía programada una revisión con la Dra. Aisha, pero me informaron de que ya no trabajaba allí y me asignaron a la Dra. Raquel Bonet, lo cual no me agradó, ya que estaba satisfecha con el trabajo de la Dra. Aisha en mis prótesis.
El 28 de marzo de 2023, asistí a la consulta con la Dra. Raquel Bonet, quien realizó un rebaje duro en mis provisionales. Esto dejó los dientes manchados con una pasta dura, y a pesar de sus afirmaciones de que los puliría y quedarían bien, utilizó una fresa inadecuada, lo que resultó en que se eliminará todo el grosor de los dientes. El resultado fue desastroso y comenzó mi calvario.
El 30 de marzo de 2023, regresé y me cambiaron nuevamente de doctora, asignándome a la Dra. Ruth Silve. Ella intentó arreglar el desastre, pero poco pudo hacer. Tuve que seguir usando los provisionales en esas condiciones, ya que no podía permitirme pagar unos nuevos.
El 5 de octubre de 2023, comenzamos las medidas para la dentadura en un nuevo laboratorio, pero surgieron muchos problemas; su trabajo no era satisfactorio. Este proceso se extendió hasta el 18 de abril de 2024, y aunque la dentadura que me colocaron encajaba mejor y era estéticamente aceptable, la cerámica se rompía.
El 25 de abril de 2024, empezamos a trabajar en una segunda dentadura con otro laboratorio. Nuevamente, enfrentamos problemas: los dientes no se ajustaban correctamente, estaban inclinados, y se rompió la cerámica al intentar colocarlos, por lo que seguí utilizando la primera dentadura. Durante la siguiente prueba, mencioné que las arcadas eran demasiado finas y casi transparentes, a lo que la doctora respondió que ese era el estilo del laboratorio. A pesar de mis inseguridades, me las colocaron, y tras un intento de comer un bocadillo, noté un crujido y me rompí los dientes, lo que me generó una gran ansiedad y problemas en mi vida social.
El 25 de junio de 2025, volví a la consulta con los dientes rotos. La cerámica se deshacía y el color era muy oscuro. Me devolvieron la primera dentadura y enviaron la segunda al laboratorio para ajustes. Cuando me la pusieron, seguía siendo muy fina, y me sentía insegura al masticar.
El 13 de agosto de 2024, decidí que no quería seguir con la nueva dentadura, ya que no eran funcionales ni estéticamente agradables. Me volvieron a poner la primera dentadura y el caso fue llevado al comité.
El 28 de noviembre de 2024, el comité determinó que la prótesis era correcta, ordenando cambios en el laboratorio y proporcionándome una provisional de plástico. Sin embargo, esta tampoco encajaba bien y me causaba dolor al masticar.
El 30 de enero de 2025, asistí a una visita y me informaron que la tercera dentadura no les gustaba, pero al menos no se había roto. Continué comiendo solo alimentos blandos, ya que la sensación del plástico me causaba arcadas y náuseas. Pedí que me devolvieran la primera dentadura, que al menos me daba seguridad, pero me dijeron que ya no tenían acceso a ella porque el laboratorio con el que trabajaban no existía más.
El 27 de marzo de 2025, tomaron medidas para hacer un nuevo molde de cerámica, aunque advertí que si era igual al de plástico, tendría los mismos problemas. A pesar de mis preocupaciones, insistieron en proceder.
El 8 de mayo de 2025, colocaron la arcada superior de cerámica, pero se rompió al apretar, y nuevamente me pusieron los de plástico. El 22 de mayo de 2025, me colocaron las dos arcadas nuevas de cerámica, pero tenía los mismos problemas de encaje y estética que antes.
El 5 de junio de 2025, regresé con los dientes rotos y la Dra. Ruth decidió llevar el caso al comité nuevamente. Me volvieron a poner la dentadura de plástico. Me dijeron que apretaba demasiado y que eso causaba las roturas.
Después de tres semanas, recibí la decisión del comité: debía quedarme con esa dentadura. Al recibir la noticia, lloré y sufrí un ataque de ansiedad, lo que me llevó a buscar atención médica. Además, los problemas digestivos se agravan, ya que no puedo masticar bien y eso provoca inflamación en mis intestinos.
No tengo quejas sobre el personal de la clínica, quienes son amables, pero mi problema ha sido con los laboratorios y el comité.
SOLICITO la devolución de mi dinero para poder gestionar mi tratamiento en otra clínica o que me resuelvan el problema con profesionales más competentes. Gracias y saludos.
Sin otro particular, atentamente.
Ana Ramírez Fernandez