Al encargar el diseño de una cocina se nos informó de que el plazo de entrega de la misma en la dirección indicada -a 320 Km de nuestro domicilio habitual- era de 72 horas y organizamos la compra teniendo en cuenta dicho plazo.
Al comprar la cocina, el 23 de julio, este plazo se concretó en dos fechas: 9 y 13 de agosto y nos preguntaron si queríamos mantener ambas o unificarlas en una sola, que sería el día 13. Esto suponía 20 días, frente a los 3 sobre los que se nos informó en principio, pero como residimos lejos de la localidad de entrega, aceptamos unificar la entrega en el día 13. Ambas fechas, tnto el 9 como el 13 de agosto, figuran en el albarán de entrega.
Dado que nos íbamos a encargar personalmente del montaje, organizamos nuestras vacaciones y nos desplazamos al punto de entrega, forzando a pintores, albañiles y fontaneros para que la cocina estuviese lista sin falta para recibir los muebles en la fecha comprometida.
El mismo día 13 de agosto, en el enlace de seguimiento envidado por mail, consta que la entrega se ha dividido en dos, algo que no nos extrañó, dado el volumen de casi una tonelada de la entrega.
A medio día recibimos una furgoneta con unas 10 referencias de las aproximadamente 190 que componen en el pedido, pero seguía constando que la segunda entrega estaba prevista para ese mismo día, de modo que esperamos.
A las 19:00 horas del 13 de agosto, al no recibir más indicaciones por parte de IKEA ni por correo ni por SMS ni por teléfono, nos ponemos en contacto con el teléfono de atención al cliente donde nos indican que la fecha de entrega se ha establecido unilateralmente para el próximo 5 de septiembre. Al preguntar por alternativas, nos dicen que lo único que podemos hacer es aceptar o anular el pedido.
Casualmente, desde entonces, no podemos acceder a nuestra cuenta en IKEA.
Empezamos a trabajar el 1 de septiembre, por lo que el retraso nos genera bastantes inconvenientes, ya no solo para montar la cocina, lo que requerirá múltiples desplazamientos, sin incluso para recibir la entrega.
Reclamamos a IKEA que la entrega se lleve a cabo lo antes posible, en cualquier caso antes de 31 de septiembre, para, dentro del desastre de gestión que nos han generado, poder organizarnos para la recepción.