Estimados señores,
Les escribimos en relación con un vehículo SsangYong Tivoli matrícula 6764LLZ adquirido en concesionario oficial SsangYong el 18 de enero de 2021.
El pasado 8 de marzo de 2024 (con apenas 3 años y 54.000 km.), yendo camino de Torrevieja, sufrimos una avería en el vehículo. Al detenernos en un semáforo, el vehículo se detuvo y no volvió a arrancar.
Contactamos con nuestra aseguradora (Mutua Madrileña) y con vosotros para saber cómo actuar, indicándonos que teníamos que llevar el vehículo a taller oficial para su diagnóstico y reparación.
Como en Torrevieja no había taller oficial SsangYong y, como nosotros vivimos en San Sebastián de los Reyes (Madrid), solicitamos a nuestra aseguradora llevar el vehículo al concesionario oficial Seiza Motor de San Sebastián de los Reyes (en Calle de los Manzanos, 1).
La asegurada nos indicó que, desde Torrevieja, el vehículo no podía venir en grúa por carretera y que tenía que venir en camión, por lo que se demoró un par de semanas en llegar a Madrid, hasta que finalmente el 27 de marzo llegó al taller Seiza Motor.
Para comprobar la garantía del vehículo, el 5 de abril, el taller nos solicitó las facturas de los mantenimientos realizados en el vehículo. Ese mismo día, las hicimos llegar al correo electrónico facilitado por el taller (recepción.seiza@seizamotor.com).
Días más tarde nos indicaron, y cito textualmente, que “esas facturas valdrían, pero como no son de servicio oficial, necesitamos certificado de las características de los recambios líquidos usados así como las referencias empleadas de las piezas de mantenimiento”.
Solicitamos dicho certificado al taller dónde se habían realizado los tres mantenimientos del vehículo y, aunque nos indicaron que no era habitual esa petición y que no solían preparar dichos certificados, accedieron a emitirlos y a enviárnoslos.
El 23 de abril hicimos llegar los tres certificados al mismo correo electrónico dónde habíamos enviado las facturas (recepción.seiza@seizamotor.com).
Desde entonces y, pese a nuestra insistencia, no volvimos a tener noticias hasta el 17 de mayo cuando el asesor de servicio que ha llevado la comunicación con nosotros desde el principio, Rubén, nos indicó que iba a ser necesaria la sustitución completa del motor debido al mal estado en que se encontraba.
Al preguntar por el motivo de que, en un vehículo tan nuevo, con todos los mantenimientos pasados y con tan pocos kilómetros, el motor estuviera en tan mal estado, nos indicaron que tenían tres hipótesis al respecto:
- Que quién me hubiera vendido el coche de segunda mano, me hubiera vendido un coche en mal estado.
Hipótesis rotundamente falsa ya que el vehículo, como comentaba al principio, fue adquirido en taller oficial SsangYong el 18 de enero de 2021.
-Que el vehículo no hubiera pasado los mantenimientos indicados por el fabricante o que, si se hubieran pasado, no se hubiera sustituido el aceite o el mecánico hubiese echado, a propósito, aceite en mal estado.
Nuevamente hipótesis falsa y tendenciosa, ya que previamente nos habían pedido acreditar tal condición, aportando facturas y, posteriormente, certificados (toda esa documentación en poder del taller). La insinuación de que el taller hubiera olvidado, en tres ocasiones seguidas, cambiar el aceite del vehículo, nos parece disparatada. La hipótesis del sabotaje ya es, sencillamente, irrisoria. Máxime cuando es nuestro taller de confianza dónde siempre hemos pasado los mantenimientos de los vehículos, tanto míos como de mi mujer y, jamás, hemos tenido ningún problema.
- Que “alguien que me quiera mal”, textual, me hubiera echado un azucarillo en el depósito de combustible.
Nuevamente falso. Hasta dónde tenemos entendido, el depósito de combustible no puede abrirse con el vehículo cerrado. Además, ni siquiera sabemos si un simple azucarillo podría llegar a dañar el motor de la manera en la que nos han indicado que está. Me encantaría saber cómo esa persona “que me quiere mal” podría haber perpetrado el sabotaje. Definitivamente, descabellado.
Tras las hipótesis nos indicaron, en cualquier caso, que tendría que ser el fabricante quién determinase si la sustitución del motor estaba o no cubierta por la garantía.
Dos semanas después, al no tener ninguna noticia al respecto, volvimos a contactar por enésima vez con el taller para interesarnos por el estado. El pasado viernes día 31 de mayo, nos indicaron que el fabricante aún no se había pronunciado al respecto, pero, dando por hecho que la reparación no estaría cubierta por la garantía, nos enviaron un presupuesto con el coste de la reparación, que asciende ni más ni menos que a 12.429,51 €.
Hoy, 7 de junio de 2024, se cumplen tres meses desde que se produjo la avería y aún no tenemos una respuesta firme por parte de SsangYong. Cuando adquirimos el vehículo, SsangYong prometía 5 años de garantía o 100.000 kms. Con sólo 3 años y 54.000 kms, y pese a haber cuidado y mantenido el vehículo en todo momento siguiendo las recomendaciones del fabricante, tenemos un coche totalmente inservible con un motor supuestamente destrozado, y lo único que hemos recibido hasta el momento son meras hipótesis y acusaciones infundadas.
Solicitamos urgentemente una respuesta y una solución por parte de SsangYong.
Sin más, un cordial saludo.