La situación que están viviendo mis abuelos en Sevilla por culpa de Endesa es absolutamente inhumana. A principios de agosto, toda la zona sufrió una subida de tensión que dejó sus electrodomésticos inutilizados: frigorífico, vitrocerámica, aire acondicionado, televisión y un largo etcétera. Desde entonces, llevan casi tres semanas sin poder vivir en su propia casa.
Estamos hablando de dos personas mayores de más de 80 años que, en pleno agosto en Sevilla, no pueden mantener alimentos frescos porque no tienen frigorífico, no pueden cocinar porque no tienen vitrocerámica y, lo más grave, no tienen aire acondicionado en una de las ciudades más calurosas de España. Es indignante que en estas condiciones se pretenda que sobrevivan.
Lo más vergonzoso es que Endesa se niega a asumir su responsabilidad, echando balones fuera y dejando a familias enteras desamparadas tras una subida de tensión que claramente ha sido consecuencia de una negligencia en la red eléctrica.
No se trata solo de electrodomésticos averiados: se trata de la salud y dignidad de personas mayores que están sufriendo las consecuencias de una empresa que solo mira por sus beneficios y no por los derechos básicos de sus clientes.
Endesa debería responder urgentemente, indemnizar a los afectados y garantizar que nadie, y menos personas mayores, se vea obligado a vivir en estas condiciones en pleno verano sevillano. Lo que están haciendo no es solo una falta de profesionalidad, es una falta de humanidad.