En primer lugar, el barco con el que viajamos no era el indicado cuando hicimos la reserva y el que indicaba en el billete. Por lo tanto causó mucha insatisfacción, ya que viajábamos con un bebé de 1 año y esperamos disfrutar de las instalaciones que ofrecía ese barco. En el barco Nápoles, no había nada de nada dedicado a los niños. Lo más parecido a un parque para niños era el césped artificial del pipican. Se priorizaba a los perros antes que a los niños. Inadmisible! Por otro lado, el acceso desde el parking a las butacas imposible si vas solo, cogiendo el carro con el niño dentro por los aires para poder pasar entre los coches... Vergonzoso. No está nada preparado para viajar con niños. No se lo recomendaría a nadie. La ida fue de noche, y con el aire acondicionado muy fuerte, se me negó una manta. Además de que las mitad de las butacas están rotas. La comida a bordo muy mala y fría. El personal hace lo que puede. Una organización muy mala en cuanto a los coches. Tuvimos que esperar 45min para poder desembarcar. Nos hemos sentido estafados.