El pasado 16 de mayo de 2017 mi padre, Asterio Antón Aparicio con DNI n.º 75870370V, tuvo que ingresar en la residencia para mayores “Seniors” sita en la calle Vega de Arteaga, s/n de la pedanía de Facinas en el municipio de Tarifa (Cádiz) que gestiona la compañía “Residencias familiares para mayores, S.L.” con CIF B29842283. En su caso, hicimos un contrato por el que mi padre recibía, aparte de todos los cuidados para el resto de las personas allí ingresadas, un dormitorio individual, a razón de 1836 € más IVA mensuales como se puede comprobar en el documento adjunto.Desgraciadamente, mi padre falleció el pasado día 5 de agosto en las dependencias de dicha residencia. También adjunto certificado de defunción.Tras el luto y al cabo de un mes, comprobé en la cuenta de mi padre en la que yo estaba autorizado que el día 1 de agosto se le había hecho el cargo de ese mes por un total de 2039,40 € después el 4 de septiembre había otro cargo de 92,98 € en concepto de otros servicios no contemplados en el contrato, como el servicio de podología sin embargo, no se había producido el abono de la parte de la mensualidad de agosto que mi padre no había podido disfrutar, sobre unos mil setecientos euros según mis cuentas.Me puse en contacto con la administración de la residencia para advertirles del asunto, asegurándome la dirección de la misma que en breve procederían al abono del importe que no les correspondía.A causa de los trámites testamentarios, no he podido volver a acceder a la cuenta de mi padre hasta el día 1 de febrero de 2018. Entonces he podido comprobar que, pese a lo prometido, el dinero no se ha reembolsado. He vuelto a contactar con la residencia y, ofreciéndome excusas sobre cambios en la dirección financiera de la compañía que no recuerdo bien y que no me incumben, me reiteraron la promesa de efectuar el reembolso en breve. Aproveché para advertirles que la cuenta corriente de mi padre sería cancelada en breve, precisamente por los trámites citados y por los meses transcurridos desde su fallecimiento, y les ofrecí la mía para el reembolso.Obviamente no ha ocurrido así, no he recibido ese importe que tenía que haberse devuelto hace medio año, y he vuelto a contactar en otras dos ocasiones con la residencia, también incluso con la administración central de dicha compañía en Marbella que me derivó a la administración en Facinas, recibiendo las disculpas de los encargados y sus garantías de que el abono se produciría en breve. En el último contacto telefónico que tuve con el director del centro de Facinas le informé de que esa sería la última ocasión en la que yo iba a contactar con ellos para recordarles este asunto, pues después de tantos intentos de que atendieran a mis requerimientos y por todas las promesas incumplidas que recibí, me vería obligado a tomar otras medidas de mayor calado donde no se ningunearan mis reclamaciones ni me sintiera vejado por el trato recibido.No sólo estoy sufriendo el descontento e incertidumbre provocados por la falta de abono de ese dinero que debería haber recobrado y que la residencia no devuelve, sino que por desgracia estoy asociando el óbito de mi padre no sólo a sentimientos y recuerdos sino a asuntos monetarios, efectivamente de modo negativo, por lo que toda la buena impresión que tuvimos de la residencia “Seniors” y, en concreto, de sus trabajadores en cuanto al cuidado que ofrecieron a mi padre, se diluye por culpa de la impresión de que lo único que les ha interesado de mi padre y de mi es el dinero, incluso el que no les corresponde.