El pasado 11 de enero recibí un e-mail y después mi marido recibió un sms y también hemos recibido una carta certificada en la que FACSA nos amenaza con cortarnos el agua si no pagamos nuestra deuda (2 facturas que ascendían a 963,23 euros, la última de ellas emitida el 2 de enero de 2021). Ante la amenaza ya hemos pagado la primera factura pendiente que ascendía a 397,52 euros. La hemos pagado porque entendemos que era justo pagarla ya que se debía a una fuga de agua que teníamos en casa, pero la queja viene porque habíamos solicitado a través del registro de entrada del Ayuntamiento de Castellón el día 9 de diciembre el fraccionamiento de dicha factura ya que pagarla de una vez nos destroza la economía familiar y la empresa no se ha molestado en contestar, pero sí que se ha molestado en notificarnos por e-mail, sms y correo certificado el corte de agua si no pagábamos en un plazo de 15 días.La reclamación también se debe a que recibí en verano una carta en la que se me alertaba de un consumo excesivo y, tras recibir un e-mail de Haya Real Estate (la empresa que gestiona el alquiler de mi piso, que pertenece al fondo de inversión Global Pantelaria) con un informe y un video de la empresa DORSERAN (que había visitado mi casa en busca de la fuga), se me decía que el problema era el contador, que estaba estropeado. Comuniqué lo que me había dicho Haya al empleado de FACSA que me había contactado para decirme que había un consumo excesivo y éste me dijo que lo presentara por escrito mediante registro de entrada en el Ayuntamiento de Castellón y así lo hice el 4 de septiembre. Sin contestar a mi instancia registrada en el Ayuntamiento de Castellón, la empresa FACSA nos pasó la factura y la devolvimos. Volví a presentar una instancia por registro de entrada en el Ayuntamiento de Castellón el 15/10/2020 diciendo que había devuelto la factura porque el contador funcionaba mal (tal y como me había dicho el informe de un técnico) y que calcularan el importe correcto. FACSA me respondió el 12 de noviembre de 2020 diciendo que el contador funcionaba correctamente y que el mantenimiento de la instalación interior es asunto del inquilino. Es decir, que tardaron más de 2 meses en decirme que el contador funcionaba correctamente, con el consiguiente perjuicio para nosotros, ya que de habérnoslo comunicado antes, hubiéramos solucionado mucho antes la fuga. De hecho, la próxima factura que nos venga también será de un importe de más de 500 euros por el consumo que se produjo hasta que nos dijeron la nueva lectura (tomada el 5 de octubre, aunque no supimos a cuanto ascendía la nueva lectura hasta el 4 de noviembre). De hecho, nos llegó antes una carta diciéndonos otra vez que teníamos un consumo excesivo (el 4 de noviembre) que FACSA respondió a la instancia presentada por registro de entrada en el Ayuntamiento de Castellón. Solicitamos que se recalcule la factura, ya que en parte la culpa de no haber arreglado antes la fuga es de que FACSA tardó más de 2 meses en contestar a nuestra instancia y que paralice el cobro de la factura que tenemos pendiente así como de la siguiente hasta que nos responda a nuestra reclamación. Sobre todo porque estamos en tercera ola de la pandemia del COVID, tenemos a un niño de 3 años en casa y nos amenazan con cortarnos el agua, cuando la higiene es una de las medidas más importantes a tener en cuenta para la expansión de la enfermedad.