El pasado 30 de abril formalice la compra de un RAV4 Advance gris grafito en el concesionario Comauto Sur de Leganes. El principal motivo que me llevó a realizar la operación con ellos es que me aseguraron que no tenían problemas de disponibilidad y que me podrían conseguir el vehículo como mucho en un mes. Después de varias llamadas infructuosas y recados por mi parte para solicitar información sobre mi vehículo, porque nadie se había puesto en contacto conmigo después de tres semanas, me entero de que el vendedor ha realizado un pedido a fábrica sin avisarme y que el coche no llegaría hasta noviembre. Ante mi queja por el cambio sin previo aviso, me argumentan que lo han hecho porque pensaban que yo no tenía prisa, pero que a lo mejor me pueden obtener otro vehículo antes pagando opcionales no solicitados o un color no elegido. Ha pasado mes y medio y sigo esperando una propuesta del vendedor que me ha atendido, que no me ha vuelto a llamar.Soy cliente de Toyota desde hace 11 años y estoy muy satisfecha con la marca y por eso vuelvo a comprar un vehículo de esta marca, pero sinceramente, este tipo de comportamientos son muy poco profesionales y hacen dudar de que de verdad se mire la satisfacción del cliente. Toyota no necesita captar así a sus clientes y resulta decepcionante la falta de respuestas y soluciones por su parte.