El pasado 16 de agosto sobre las 8 de la noche mi familia quedó fuera de la casa con todo tipo de llaves, móviles y documentación en el interior de la vivienda, con una niña pequeña y una señora mayor, sin poder llamar a nadie. Un vecino que se marchaba contactó con esta empresa, que no adelantó desglose de presupuesto hasta haber llegado a la casa una hora después. Ya anocheciendo, el presupuesto que pasaron fue de 701,80 € con IVA, desglosado en 60 € por desplazamiento, 280 por urgencia y 240 por mano de obra. Ante la imposibilidad de volver a llamar a nadie y su situación de indefensión, mi familia no tuvo otra opción que aceptar el presupuesto y entonces el cerrajero abrió la puerta en menos de 15 minutos, ni siquiera tuvo que cambiar cerradura ni nada parecido.Al día siguiente cuando me enteré de lo sucedido llamé a mi seguro de hogar que me confirmó que el precio fue completamente desorbitado y a mi me pagaron 100 euros que es lo que ellos cubren en esta eventualidad para pagar a sus cerrajeros.Contacté con la empresa para intentar llegar a un acuerdo amistoso solicitando una reducción razonable en la cantidad pagada (no parece justo que cobren por menos de 15 minutos el precio de una hora, ya que en realidad ascendería a 1000 €/h, y mucho menos cuando ya incluyen desplazamiento y urgencia dentro de esa hora. Es decir, están cobrando repetidamente aumentando la factura). La situación de mi familia no era tal que tuvieran la libertad o posibilidad de llamar a otro cerrajero o a mí mismo y de alguna manera, en tal indefensión no les quedó otra que aceptar a pesar de ser conscientes del abuso.La empresa se reafirmó, como he visto que ha hecho en otra reclamación reciente de OCU con cambio de cerradura por una cantidad menor hace unas semanas, en que se trata de un mercado libre y que no tenían por qué haber aceptado el presupuesto. Salvando las distancias, en un secuestro se pide una cantidad a la familia, y ésta no tiene más remedio que aceptar también por lo general.La propia Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES) está alertando del incremento de prácticas abusivas en el sector, que ensucian el sector con sus servicios.No pretendo que me devuelvan el dinero ni pedir daños y perjuicios, sino simplemente llegar a un acuerdo que debería ser posible para enmendar el desorbitado precio cobrado que a todas luces ha aprovechado la situación particular de incomunicación de mi familia. Cuesta mucho ganar el dinero para sacar adelante a una familia, y estas prácticas, por muy legales que puedan ser aún lamentablemente, no dejan de ser un abuso injustificado a ojos de cualquiera.