Estimados Sres,
Me pongo en contacto con uds porque hará unos dos años que, A MEDIA TARDE, en la cafetería de IKEA Las Rozas, se me acercó una de las limpiadoras para coger el plato y la taza que tenía. Le aclaré cortésmente que no había acabado, pero me contestó en tono chillón, que no podía tardar tanto porque obstaculizaba su trabajo. Le insistí en que me los dejase y se marchó muy molesta. Dado que la vajilla sucia se puede dejar en los carritos habilitados a tal efecto, HASTA LA HORA DEL CIERRE DEL COMEDOR, no tenía sentido y estaba completamente fuera de lugar.
No volvímos jamás a cruzar palabra pero desde ese momento y desde entonces no dejó de ACOSARME cada vez que iba (entre 3 y 4 veces por semana), dando constantes vueltas alrededor de mi mesa, sin dirigirse en realidad a ningún sitio, mientras me clavaba la mirada intimidatoriamente. Al ver que no le hacía nunca caso y hundía la mirada en mi lectura, comenzó a dar bufidos y regonzar insultando, sin llegar a nombrarme, cada vez que pasaba. Y de ahí, a golpear fuertemente lo que tuviese a mano tras colocarse al lado de mi mesa, para sobresaltarme, con la mirada siempre fija en mí.
Además cuando veía que me levantaba para marcharme, me seguía hasta el mostrador de la cafetería, donde solía pararme a despedirme de sus compañeros. Se colocaba siempre tras ellos, pero de frente a mí, con actitud agresiva y amedrantadora de nuevo, consciente de que cada tarde me daba sobrados motivos para dar una queja.
Nunca quise hacerlo, porque pensaba que era una persona muy básica y que ignorándola y dejando pasar el tiempo se cansaría. Hasta que un día, pasadas las 20h00 de la tarde, después de subir las sillas a las mesas de la otra parte del comedor, se me acercó por detrás y DEJÓ CAER BRUSCAMENTE UNA SILLA EN LA MESA EN LA QUE ME ENCONTRABA, a escasos centímetros de donde tenía las manos, mi tablet y una pequeña cámara que acababa de recibir y cuyo funcionamiento estaba probando, Y QUE RECOGIÓ LO QUE OCURRIÓ, como pude comprobar mucho después cuando se llenó la tarjeta SIM y visioné todos los vídeos.
Me decidí entonces a hablar con algún Responsable de IKEA, pero esta persona desapareció tras ese día. Cuando comenzó de nuevo en este verano del 2024 a llegar, hablé con otra empleada del restaurant que me refirió que eran dos las señoras de la limpieza que actuaban así, con sus propios compañeros de cafetería, presionándoles agresivamente para meterles prisa en acabar y que hubiese imaginado que de estar alguna de las dos haciéndolo con los clientes, sería la otra, que era peor.
Lo habló con ella, pero lejos de solucionar el problema, lo agravó. Lo volví a comentar con otro miembro distinto del personal de cafetería e incluso le pregunté si estaba emparentada o era recomendada de alguien por la forma en que se permitía actuar y le pregunté si seguían vigentes los horarios. Me recomendó poner todo directamente en conocimiento de la dirección de IKEA.
Finalmente, pregunté por el Responsable de la Cafetería y me entrevisté con él, a principios de diciembre del 2024, narrándole todo lo acontecido. LE ADVERTÍ CLARAMENTE RESPECTO A CÓMO ACTUARÍA ESTA PERSONA A CONTINUACIÓN, es decir, usando a sus compañeros para crearme una campaña de desprestigio que hiciese mis visitas a Ikea INSUFRIBLES, para conseguir que dejase definitivamente de ir. Me admitió que esta señora tenía una fijación conmigo y me insistió en que no dejase de acudir al EMPLEADO DE GUARDIA de la Tienda, que ha de estar siempre hasta las 21h00.
Y así me ví obligada a hacerlo el pasado día 15 de enero de este 2.025 a las 20h08, cuando entré en el restaurant. En él se encontraban dos empleados, hombre y mujer, ella era la misma que me recomendó reportar todo lo ocurrido. Al verme llegar, ambos se pusieron tensos y el primero se alteró mucho y anunció gritando a los allí presentes que dejaban ya de servir. Su compañera, la cual había dado un cambio de actitud increíble, le señaló, que no podía apagar nada hasta las 18h20, pero éste insistió en un estado de total irracionalidad, que le llevó incluso a mezclar las cuentas de dos familias que estaban delante de mí en la cola. Tuvo ella que rehacerlas y les dijo a dichos clientes que tendrían que llevarse la comida, ante lo que se mostraron sorprendidos. Y a mí me comunicó, de forma muy hóstil, que mi consumición también, "me la llevase a mi casa". Cuando le pregunté por qué, me contestó que tenían que cerrar. Y al señalarle que eran las 20h10 y que el comedor siempre ha cerrado a las 21h00 excepto en domingos, apretó los dientes y le ordenó a su compañero que me la preparase. Este mientras, que SEGUÍA VOCIFERANDO se acercó al horno, lo abrió y siguió DESPOTRICANDO CONTRA MÍ, con que tendría luego que volver a limpiarlo, etc HACIENDO DE LA ESPERA UN RATO VIOLENTO y DESAGRADABLE, por lo que me dirigí a la Tienda para preguntar por el Empleado de Guardia.
Le expliqué todo lo ocurrido, ante lo que me respondió que DEBERÍA HABER HABLADO YO CON LA SEÑORA DE LA LIMPIEZA, negándose a admitir que el comportamiento del personal era responsabilidad de IKEA. Aunque me reiteró que el horario del Comedor, así como que el del despacho de Comida y Bebidas del Personal de Cafetería, es hasta las 20h30 y no hasta las 20h20, como últimamente pretende hacer creer el propio Encargado. Se extrañó y tras insistirme en que era hasta las 20h30, dijo que lo confirmaría con la Dirección. Me ofrecí hasta en tres ocasiones a mostrarle allí mismo EL VÍDEO EN EL QUE SE APRECIA COMO DICHA LIMPIADORA DEJÓ CAER LA SILLA SOBRE LA MESA QUE YO OCUPABA, a lo que él SE NEGÓ.
Habló luego él brevemente solo con el empleado varón, A PETICIÓN MÍA, ya que su compañera se marchó en cuanto dije que iba a buscar a un Responsable. Se puso totalmente HISTÉRICO y aseguró EN FALSO y para distraer la atención, que yo me había colado esa tarde y que su compañera la limpiadora tenía siempre que salir tarde por mi culpa. El Empleado de Guardia, se dirigió a mí y me comunicó con desprecio que le había convencido y QUE YO LE HABÍA SEÑALADO, lo cual ERA IGUALMENTE COMPLETAMENTE FALSO y otro claro y cínico intento de cambiar de tema pero me miró fijamente de forma muy severa, sin decir ni una palabra más.
LE EXPRESÉ entonces CLARAMENTE, QUE PEDIRÍA LA GRABACIÓN DE LAS CÁMARAS PARA QUE SE SUPIESE TODO LO QUE HABÍA OCURRIDO Y A QUÉ HORA. Momento en que cambió de actitud y me contestó que tendría que confirmar con la Dirección los horarios. Al girarme para irme, casi tropiezo con la limpiadora en cuestión, que TAL Y COMO HACE SIEMPRE QUE VOY A IKEA me había seguido A TODAS PARTES, colocándose siempre a mi lado mientras hablo con alguien, para escuchar. El propio Responsable tuvo ocasión de comprobarlo esa tarde, así como el Encargado de Cafetería, cuando hablé con él en diciembre del 2.024.
SOLICITO: Que la dirección de IKEA Ibérica, me confirme POR ESCRITO LOS HORARIOS DE VENTA en la Cafetería y DE USO DEL COMEDOR y TOME DE UNA VEZ CARTAS EN ESTE ASUNTO, ya que se ha puesto en el conocimiento de IKEA Las Rozas en reiteradas ocasiones y SOLVENTE INTERNAMENTE la conducta de los empleados, SIN QUE EL CLIENTE TENGA QUE SUFRIR SUS CONSECUENCIAS.
Asimismo, les señalo que el ACOSO y las COACCIONES CONTINUADOS a los he estado siendo sometida por parte de esta trabajadora, subcontratada a través de la empresa LIMCAMAR, podrían constituir un delito según el Código Penal en su Artículo 172 TER , tal y como recoge LA LEY ORGÁNICA 10/1995, de 23 de Noviembre.
Y la ACTITUD DE TODOS Y CADA UNO DE LOS EMPLEADOS CITADOS, como mínimo, TRANSGREDE AMPLÍAMENTE y ALEVOSAMENTE el Apartado 6 del CÓDIGO DE INTEGRIDAD DE IKEA.
Por último, les señalo que en ningún momento, se me ha comunicado que la empresa SE RESERVE EL DERECHO DE ADMISIÓN y que por lo tanto, yo sea persona non grata, ni se han dado nunca los requisitos que marca la ley para denegarme el servicio.
Quedo atentamente a la espera de sus noticias,