Comer flores: es necesaria una regulación

Hoy en día, muchos restaurantes de cocina moderna e innovadora recurren a las flores a la hora de preparar sus platos, ya sea como elementos decorativos o utilizándolas como un ingrediente más. Sin embargo, hace unas semanas una universidad española alertó sobre los posibles peligros de comer flores.
Lista de flores comestibles
Esto de comer flores puede parecer una novedad, pero realmente las civilizaciones china, hindú y romana ya las consumían en sus inicios. Ahora bien, por muy antigua que sea esta práctica, el empleo de las flores en la cocina requiere una normativa específica que regule su uso y que establezca un listado de especies comestibles.
No todas las especies (ni todas sus partes) son comestibles, ya que pueden contener componentes tóxicos naturales como alcaloides, taninos o terpenos. Igualmente podrían ser portadoras de contaminante ambientales y/o biológicos, especialmente aquellas que provienen de cultivo salvaje. Por ello, resulta imprescindible establecer una única lista de especies cuyo consumo sea seguro.
Las flores, una regulación incompleta
Las flores carecen de una legislación específica como tienen otros alimentos como el pan, la leche o los huevos. Ahora bien, se encuadran en la normativa que regula los nuevos alimentos. Esto quiere decir que no pueden ser comercializados como alimentos o ingrediente alimentario, a no ser que su consumo haya sido significativo antes del 1997 (como son los casos de los pétalos de girasol o de los pétalos de rosa que se utilizaban en mermeladas en algunos países del Este). Si alguien quisiera introducir flores como alimento en el mercado interior de la UE, debería solicita autorización de acuerdo con los procedimientos establecidos.
Sin embargo, las empresas comercializadoras de flores sí que están obligadas a cumplir con la normativa de etiquetado e información al consumidor y, también, deben llevar un control de los límites máximos de residuos de plaguicidas y pesticidas.
¡Pon color a tus platos!
Las flores son vegetales que se caracterizan por tener un bajo contenido en agua, grasas y proteínas, por lo que su aporte de vitaminas y nutrientes es prácticamente irrelevante para nuestra dieta, de ahí que su presencia en los platos tenga un función básicamente decorativa.
Por otro lado, hacen falta más estudios que investiguen en profundidad la composición química de las flores, ya que se ha descubierto que algunas variedades presentan compuestos muy interesantes como antioxidantes y sustancias con capacidad enzimática.
Por eso, en OCU consideramos que debe establecerse una legislación específica clara para asegurar que, además de bonitos elementos decorativos, el consumo de flores no implique riesgos para el consumidor.