Latas de sardinas: en qué fijarse para acertar

Las sardinas en conserva son una estupenda manera de comer pescado azul. Este tipo de conservas tienen la ventaja de que, si se almacenan en condiciones adecuadas, alejadas de focos de calor, se mantienen en perfectas condiciones durante años. Las sardinas, junto al atún y los mejillones, son las especies que los consumidores más consumen enlatadas, pero hay muchos tipos y formatos. Te ayudamos a elegir.
Sardinas en conserva: cómo elegir las mejores
¿Te gustan las conservas de pescado? ¿Consumes, habitualmente o alguna vez sardinas en lata? Hemos comparado una selección de las mejores marcas del mercado español, y además de contarte en nuestro comparador cuáles son las mejores sardinas en aceite
Consulta el comparador de sardinas enlatadas
Te damos las claves para que aciertes al comprar este tipo de productos en esta sencilla "guía de compra".
Antes de elegir un alimento envasado, cualquiera que sea, tenemos que fijarnos en el etiquetado para asegurarnos de que vamos a comprar lo que de verdad queremos.
¿Qué dice la etiqueta?
En este caso, lo primero sería identificar si el producto es “sardina” o “conserva tipo sardina”: puede parecer lo mismo, pero no lo es. La sardina hace referencia a una especie de pez en concreto, la Sardina pichardus, mientras que las tipo sardina engloban más de 10 especies diferentes que se pueden etiquetar de esa manera. De todas formas, las tipo sardina no son habituales en el mercado nacional, ya que tenemos buenos bancos de pesca de sardinas cercanos.
Lo que sí encontramos en los supermercados son sardinas y sardinillas: en realidad estamos hablando de la misma especie, Sardina pichardus, pero de diferente tamaño. Mientras que una lata de sardinas puede contener entre 3 y 4 piezas, en una de sardinillas puede haber entre 8 y 9 unidades.
¿Cómo es el envase?
El formato habitual es la lata individual de unos 120 g, que se quedan en unos 80 g de peso escurrido. Las latas más grandes, próximas al kilo, suelen destinarse a grandes consumidores como la hostelería.
Durante muchas décadas el material de las latas ha sido la hojalata (láminas de acero recubierto por estaño), aunque ahora la tendencia es el aluminio, un material más inerte y mejor desde el punto de vista de seguridad alimentaria.
También se pueden encontrar conservas en envases de cristal, si bien este tipo de envases se suelen utilizar para productos premium. Si se escoge este formato, es importante guardar la conserva al abrigo de la luz, pues esta puede deteriorar el producto con más rapidez.
¿Cuál es el líquido de cobertura?
Una vez que las sardinas están cocidas, se introducen en la lata y se añade líquido hasta completar el envase. El líquido más tradicional es el aceite y en nuestro país el favorito es el aceite de oliva, aunque también se puede encontrar el aceite de girasol, con o sin picante (con adición de guindilla). También es frecuente el escabeche (una mezcla de vinagre, vino, aceite y especias) o la salsa de tomate. La elección de uno u otro depende del gusto del consumidor.
Preguntas frecuentes sobre sardinas en lata
¿Es saludable consumir conservas de sardinas?
Las sardinas son pescados azules, eso significa que son una estupenda fuente de ácidos grasos poliinsaturados, con una probada protección cardiovascular. Las sardinas tienen, además, una alta cantidad de proteínas de alto valor biológico, así como vitaminas B12, B6, niacina, y vitamina D, y minerales como fósforo, selenio y yodo. La pega es que, al tratarse de conservas, suelen tener una cantidad alta de sal; este dato deben tenerlo en cuenta las personas que quieran controlar el consumo de sal.
¿Cuánto dura una lata de sardina?
Las conservas de pescado tienen una fecha de consumo preferente muy larga, puede llegar a los 7 u 8 años, manteniendo perfectamente sus cualidades. Las sardinas, previamente cocidas, se envasan a mano en la lata, se les añade el líquido de cobertura, se cierra la lata y a continuación se someten a un tratamiento en autoclave: se trata de una especie de olla a presión para esterilizar el producto y que pueda conservarse a temperatura ambiente durante años.
Una vez abierta la lata, debe guardarse en la nevera y consumirse rápido, en 3 o 4 días. Es mejor pasar el contenido a un recipiente de cristal con tapa.
¿Los niños pueden comer sardinas en lata?
Sí, sin duda, es una buena fuente de nutrientes. Y al contrario de lo que pasa con el atún en conserva, las sardinas, por su tamaño pequeño, no contienen mercurio y pueden formar parte de la dieta. No obstante, son alimentos de fuerte sabor, por lo que no van a gustar a todos los niños.
¿Se pueden comer las espinas de las sardinas en conserva?
Sí, las sardinas en conserva están cocinadas, por lo que la consistencia de las espinas es mucho menor, son más tiernas y fáciles de consumir, y aportan una cierta cantidad de calcio.
¿Se puede consumir el aceite de la lata?
Por supuesto, el aceite de cobertura es completamente comestible. Normalmente suele ser aceite de oliva o aceite de girasol, que con el paso del tiempo va adquiriendo sabores propios de la sardina. Se puede aprovechar para empapar una tosta de pan, un bocadillo o aliñar una ensalada.