¿Depuramos bien las aguas residuales?

La mitad de los pequeños municipios siguen sin tratar correctamente sus aguas residuales y vierten residuos, que no amenazan nuestra salud, pero sí la vida acuática de los ríos. Aunque es un problema a resolver por las autoridades, si te preocupa el medio ambiente, mira cómo puedes ayudar.
El 90% del agua que fluye por nuestras alcantarillas será tratado en una depuradora de aguas residuales. Sin embargo, como hemos podido comprobar en nuestro estudio en el que hemos visitamos 20 estaciones depuradoras de grandes urbes, pero también de poblaciones más pequeñas, todavía hay mucho camino pendiente. Para la realización de este estudio contamos con la colaboración de los responsables de las depuradoras, aunque en el caso Zaragoza (EDAR La Cartuja) u Oviedo (EDAR Villapérez) se denegó a OCU el acceso para instalar dispositivos que permitiesen tomar muestras del agua a la entrada y salida de la planta durante un día completo.
Según nuestros análisis, las aguas vertidas por muchas de las depuradoras de las grandes y medianas poblaciones tienen un impacto importante sobre el medio ambiente; y más en concreto, sobre la flora y la fauna de nuestros ríos. ¿Los causantes? Los nitratos y fosfatos, sustancias que provienen de los abonos agrícolas, la degradación de materia orgánica y los excrementos (en el caso del fósforo también de ciertos detergentes).
Como puede observarse en el mapa, la mayoría de las depuradoras eliminan eficazmente los sólidos y la materia orgánica, pero solo seis obtienen buenos resultados en la eliminación de nitratos y fosfatos:

Es cierto que la normativa actual solo obliga a eliminar los nitratos y los fosfatos en las depuradoras que vierten sus aguas en zonas sensibles, de protección medioambiental. Sin embargo, creemos que no es suficiente. Además, nuestros análisis revelan que depuradoras con capacidad técnica para eliminar estas sustancias, como la de Guadalhorce (Málaga) supera los niveles máximos recomendados. Mientras que otras plantas sin este tratamiento terciario, como Calatayud y Estiviel (Toledo) consiguen reducir sus concentraciones de forma sobresaliente. Por estos motivos, entendemos que es un problema tanto de la capacitación técnica del personal encargado, como de que algunos ayuntamientos se conforman con cumplir el mínimo legal.
El 90% del agua que fluye por nuestras alcantarillas será tratado en una depuradora de aguas residuales. Sin embargo, como hemos podido comprobar en nuestro estudio en el que hemos visitamos 20 estaciones depuradoras de grandes urbes, pero también de poblaciones más pequeñas, todavía hay mucho camino pendiente. Para la realización de este estudio contamos con la colaboración de los responsables de las depuradoras, aunque en el caso Zaragoza (EDAR La Cartuja) u Oviedo (EDAR Villapérez) se denegó a OCU el acceso para instalar dispositivos que permitiesen tomar muestras del agua a la entrada y salida de la planta durante un día completo.
Según nuestros análisis, las aguas vertidas por muchas de las depuradoras de las grandes y medianas poblaciones tienen un impacto importante sobre el medio ambiente; y más en concreto, sobre la flora y la fauna de nuestros ríos. ¿Los causantes? Los nitratos y fosfatos, sustancias que provienen de los abonos agrícolas, la degradación de materia orgánica y los excrementos (en el caso del fósforo también de ciertos detergentes).
Como puede observarse en el mapa, la mayoría de las depuradoras eliminan eficazmente los sólidos y la materia orgánica, pero solo seis obtienen buenos resultados en la eliminación de nitratos y fosfatos:

Es cierto que la normativa actual solo obliga a eliminar los nitratos y los fosfatos en las depuradoras que vierten sus aguas en zonas sensibles, de protección medioambiental. Sin embargo, creemos que no es suficiente. Además, nuestros análisis revelan que depuradoras con capacidad técnica para eliminar estas sustancias, como la de Guadalhorce (Málaga) supera los niveles máximos recomendados. Mientras que otras plantas sin este tratamiento terciario, como Calatayud y Estiviel (Toledo) consiguen reducir sus concentraciones de forma sobresaliente. Por estos motivos, entendemos que es un problema tanto de la capacitación técnica del personal encargado, como de que algunos ayuntamientos se conforman con cumplir el mínimo legal.
Nuestro estudio revela que las redes de saneamiento están diseñadas para eliminar materia orgánica, sólidos y poco más. Las autoridades tienen aún muchas asignaturas pendientes, no solo con las pequeñas poblaciones, también con el medio ambiente. En cualquier caso, nosotros también podemos y debemos ayudar. Mira cómo:
- ¿Has estado enfermo? Cuando acabes el tratamiento, lleva lo que quede del medicamento a la farmacia para que lo eliminen convenientemente (punto SIGRE).
- Evita usar plaguicidas y herbicidas en tu jardín. Prioriza las plantas que mejor se adapten al clima, son más resistentes.
- Al comprar un detergente, comprueba que no lleva fosfatos.
- No tires nunca por el váter el aceite usado en la cocina, los disolventes o las pinturas. Debe llevarlos a un punto limpio.
- Las compresas, tampones y toallitas de higiene íntima o para bebés tampoco deben tirarse ¡nunca al váter! Mejor a una papelera. En este vídeo te contamos la cantidad de problemas y coste de gestión que este habitual gesto provoca: