Shingrix, nueva vacuna contra el herpes zóster

Herpes zóster: una enfermedad muy dolorosa

El herpes zóster es una enfermedad originada por el mismo virus que causa la varicela en la infancia: el virus de la varicela-zóster. Desde que nos infectamos, y una vez superada la varicela, el virus permanece acantonado y latente en nuestro organismo hasta que, a medida que envejecemos y debido a que nuestro sistema inmune se debilita, se reactiva y se manifiesta de nuevo en forma de herpes zóster.

• El herpes zóster es una enfermedad de baja mortalidad, pero que afecta a muchas personas y tiene un elevado impacto en la calidad de vida. 
• Suele aparecer a partir de los 50 años de edad y alcanza la máxima incidencia en los mayores de 80 años.
• Se caracteriza por la aparición, en un solo lado del cuerpo, de unas lesiones cutáneas en forma de vesículas que surgen siguiendo el trayecto del nervio dónde el virus quedó acantonado y en estado latente. Esa distribución cutánea, siguiendo el recorrido del nervio, es lo que le da el nombre coloquial de "culebrilla". Generalmente, a los 7 o 10 días de su aparición, las vesículas se secan, se forma una costra que puede durar varias semanas y dejar cicatriz o cambios de pigmentación en la piel.

Pero el principal problema del herpes zóster es el dolor, que suele preceder en 1-3 días a las lesiones cutáneas. El dolor que produce el herpes zóster puede ser muy intenso, tanto que se puede confundir con un infarto, un cólico renal, una apendicitis, etc. Se suele describir como un dolor muy agudo, ardiente, punzante y en los casos más serios llega a afectar la capacidad de trabajar, el nivel de actividad general, el estado anímico, etc.

En ocasiones este dolor persiste en el tiempo, aun cuando las lesiones ya han desaparecido: esa es la neuralgia postherpética, la complicación más frecuente de esta enfermedad, que tiene muy difícil tratamiento.

El tratamiento del herpes zóster consiste en dar analgésicos para el dolor y antivirales para reducir la replicación viral y acortar con ello la duración del herpes. Pero el uso de antivirales no impide la reactivación del virus nuevamente, ni previene la aparición de nuevos herpes.

Shingrix: nueva vacuna frente al herpes zóster

Para evitar la reactivación del virus del herpes zóster la mejor estrategia pasa por preparar a nuestro sistema inmune para luchar contra este virus mediante la vacunación.

Hasta hace poco tiempo solo había una vacuna comercializada frente al herpes zóster, de uso limitado a determinadas pesonas y de menor eficacia en los pacientes de más edad, con lo que nunca se llegó a incorporar al calendario de vacunación. Pero en el 2018 se autorizó la comercialización de Shingrix, una nueva vacuna contra el herpes bastante más eficaz y sin las limitaciones de uso de la anterior.

• Shingrix no contiene el virus en sí mismo, sino una proteína concreta del virus.
• Al no contener virus vivo se puede usar en personas con el sistema inmunológico débil.
• Shingrix necesita dos dosis: la segunda dosis se administra entre los 2 y 6 meses después de la primera.

Eficacia de Shingrix

Los distintos ensayos clínicos han mostrado que tiene una alta eficacia para prevenir la aparición de herpes zóster tanto en personas mayores como en pacientes inmunodeprimidos:

ENSAYOS CLÍNICOS EN...	EFICACIA
Personas de 50 años o más	97,20%
Personas de 70 años o más	91,30%
Pacientes de 18 o más años con cáncer sanguíneo en tratamiento antitumoral	87,20%
Pacientes de 18 o más años recién trasplantados con células madre sanguíneas	68,20%

Posibles efectos adversos de Shingrix

Esta vacuna produce habitualmente las típicas reacciones adversas que se producen a corto plazo tras la administración de una vacuna y que se deben a la respuesta excesiva del sistema inmune: dolor, hinchazón, enrojecimiento en el lugar de inyección o fiebre son reacciones muy frecuentes con Shingrix. De hecho, en los ensayos clínicos, se observó que el 81% de los vacunados con Shingrix desarrollaban reacciones locales, siendo la más común el dolor en el sitio de la inyección (78% de los vacunados).

Lo mismo sucede con las reacciones sistémicas (dolor muscular, cansancio, dolor de cabeza): en los ensayos clínicos las presentaron el 65% de los vacunados con Shingrix .

A pesar de eso, se considera que es una vacuna segura ya que las reacciones observadas son transitorias y de corta duración, entre 1 y 3 días desaparecen.

Ya se está administrando

Los sistemas públicos de salud de las distintas comunidades autónomas ya han comenzado a administrar la vacuna siguiendo las recomendaciones de la Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones que asesora a la Comisión de Salud Pública.

• Las recomendaciones señalan que primero se habrá de completar la vacunación en las personas de 18 o más años en mayor situación de riesgo para desarrollar herpes zóster, es decir, personas inmunodeficitarias o inmunosuprimidas (pacientes trasplantados, oncológicos, en tratamiento con inmunosupresores anti-JAK, pacientes VIH).
• Una vez se haya finalizado la vacunación en las personas de riesgo se comenzará poco a poco la administración de dosis en las personas de 65 o más años de edad, comenzando primero con las personas de 80 años y descendiendo cada año de forma paulatina por grupo de edad en función de la disponibilidad de dosis.

Una vacuna cara

Las personas mayores de 65 años que no se encuentren dentro de los grupos de riesgo y que este año no se encuentren en los grupos de edad que se estén vacunando en las respectivas comunidades autónomas, pero que aun así quieran ponerse la vacuna Shingrix contra el herpes necesitarán una prescripción médica y comprar la vacuna en una farmacia: el precio de cada vial asciende a 217,52 euros, y son necesarios dos para completar la pauta de administración.