Buenos días, El presente escrito tiene la finalidad de denunciar el trato cochambroso, violento, humillante e inapropiado recibido por el chófer: Alexandre López Mesquida, con número 358 de identificación y matrícula de taxi 6972JPV.A continuación me dispongo a redactar los hechos ocurridos el pasado 21 de diciembre de 2018 entre las 19:30 y las 19:50 horas.-Expongo los hechos:ese mismo día por la mañana llamé a Radio-Taxi Ciutat para hacer una reserva a las 19:30 en el párking del Conservatorio, ya que tenía un ensayo importante a las 20:00 en el centro de Palma (Basílica de San Francesc).Al ser músico de profesión, salí un poco más tarde de la clase programada. Con la preocupación del estado de mi reserva, llamé a Radio-Taxi a las 19:34 pero un contestador automático me daba 2 minutos de espera volví a realizar otra llamada a y 36, en la cual obtuve respuesta: pregunté si mi taxi todavía estaba esperando a lo que la operadora me respondió sin problema, confirmando que estaría. De este modo, a las 19:38 me dispuse a entrar en el taxi, dejando mis pertenencias en los asientos traseros. Nada más sentarme en el asiento de delante empecé a recibir un trato vergonzoso, vejatorio y ofensivo. Gritos con preguntas como: ¿esto te parece normal? llevo esperándote 20 minutos. El chófer sin dejarme contestar argumentaba: no entiendo por qué tienes que pedir un taxi para ir al centro, este no es un buen sitio para recogerte, si no sabes reservar un taxi no reserves, lo pides cuando acabes de ensayar si sabes que no vas a salir a y media, etc... Ya entre lágrimas por el trato obtenido intenté calmar la situación y disculparme, también le comenté que no había tenido un buen día, a lo que él me contestó gritando que no era su culpa y que le dejara acabar de hablar.Debido a la agresión verbal tan directa de parte de un desconocido, la situación me superó y me provocó un ataque de ansiedad, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar: le dije que estaba recibiendo un servicio de mierda y que me bajara (a lo que él dijo que ahora ya no hacía falta...).En resumen, me sentí amenazada por alguien que no conocía, sentí impotencia, miedo, una alta consternación y un malestar emocional que me ha durado un par de días: cada vez que recuerdo la situación me derrumbo por no haberme podido defender de aquello.Aquella persona no tuvo en ningún momento compadecencia de mí al verme tan sofocada llorando, por lo que llegué a temer por mi seguridad me planteé llamar a mi pareja o incluso a la policía. Sólo deseaba que el viaje acabase ya para terminar con aquella agonia.Afortunadamente, llegamos a la Basílica a las 19:50, pagué con tarjeta y no quise ni la copia. Al final del servicio (19:50), el conductor se disculpó y me ofreció un trozo de papel para secarme las lágrimas que él había provocado, a lo que aproveché para memorizar la matricula del vehículo. A las 19:51 envíe la matrícula a mi pareja para no perder la información: 6972JPV.