Mi hija Raquel tenía ilusión en ponerse en el pelo un tinte de color morado, por lo que decidimos permitírselo (y pagárselo) como regalo de santo. Durante el mes de marzo pasado lo consultamos, llevando una foto de lo que quería (Foto 1), y nos dieron presupuesto, comentando que era necesario primero decolorar, que el trabajo llevaría unas 3 horas, y que habría que matizarlo con frecuencia, sin detallar ni especificar a qué se refería eso. Una vez que se decidió a hacerlo, avisó en la peluquería y pidió cita, que se fijó para el 31 de marzo. Después de casi 7 horas haciéndole de todo (el resultado de la decoloración se aprecia en la foto 2), y como no había quedado bien, la citaron para una semana después. El sábado siguiente, 7 de abril, le volvieron a poner el tinte, con el resultado que se aprecia en la foto 3.Sólo una semana después, el tinte había desaparecido totalmente, por lo que nos dirigimos a ellos reclamándole que nos devolvieran el dinero, a lo que se negaron. Ofrecieron volver a ponerle el tinte, pero al haber perdido la confianza en su buen hacer no quisimos que repitieran el trabajo, prefiriendo acudir a otra peluquería para que mi hija recuperara su color natural de pelo, como hizo el sábado 21 de abril. En esa peluquería han podido ponerle solamente un tinte vegetal, ya que el pelo estaba muy dañado, por lo que será necesario repetirlo más adelanteAnte la negativa a recuperar el dinero, el 21 de abril se cumplimentó la hoja de reclamaciones de la Junta de Andalucía