Me dirijo a ustedes con el propósito de presentar una reclamación formal contra la tienda ORO VIVO, ubicada en el Centro Comercial Gran Plaza de Majadahonda, debido a una serie de incidentes que han empañado lo que debería haber sido una experiencia de máxima ilusión y felicidad: la adquisición de las alianzas de mi boda.
El pasado 11 de enero de 2025, mi pareja y yo acudimos a dicha tienda para encargar nuestras alianzas de boda. Elegimos dos modelos en media caña, uno en talla 11 y otro en talla 18, con anchuras de 2mm y 2,5mm respectivamente, ambos en oro amarillo. Procedimos a pagar el 50% del precio total, es decir, 237,25 euros, siendo el precio total de 476 euros.
El 19 de enero de 2025, recibimos un mensaje de aviso indicando que nuestras alianzas estaban listas para ser recogidas. Al llegar a la tienda, nuestra sorpresa fue mayúscula al notar que los anillos pesaban muy poco y el tono del oro era pálido, muy diferente al de otros anillos de oro que poseo. Al expresar nuestra preocupación a la dependienta, esta nos aseguró que se trataba de oro de 18 kilates y nos mostró otro anillo del escaparate para compararlo, aunque la diferencia seguía siendo evidente. Además, nos explicó que la muestra representativa en la tienda no era de oro sino de latón, lo cual consideramos inaceptable, ya que una muestra debe reflejar fielmente el producto final.
Asimismo, el grabado de los anillos resultó ser ridículamente pequeño, apenas visible y con las letras apelotonadas. Entiendo que se deba adaptar a la anchura del anillo pero he visto muchos anillos grabados (y poseo varios) y ninguno tiene una caligrafía tan minúscula y ridícula como estos. La dependienta nos ofreció enviar los anillos de vuelta al taller para solucionar estos problemas y nos aseguró que nos llamarían por teléfono.
El 21 de enero de 2025, recibí una llamada de la encargada de la tienda, Silvia, quien, de muy malas formas y sin prácticamente dejarme hablar, me explicó que la letra cursiva siempre se ve más pequeña. Le respondí que he visto muchos anillos de todos los tamaños y con todo tipo de letras, y ninguno tenía un grabado tan ridículo como este. Respecto al tono del oro, me confirmó que era de 18 kilates y que tenía el certificado correspondiente, pero no supo darme una explicación satisfactoria sobre la diferencia de color y el peso del anillo.
Ante mi insistencia en mostrar mi descontento y solicitar la devolución del dinero pagado (237,25 euros), Silvia me informó que no era posible debido a que se trataba de un producto personalizado. Le respondí que, siendo una joyería, podrían perfectamente fundir el oro, pero ella se negó. Finalmente, me ofreció rehacer el grabado en otro tipo de letra, como si el problema fuera la elección de la caligrafía cursiva, lo cual no es el caso.
Por todo lo expuesto, solicito la intervención de la OCU para resolver esta situación y obtener una solución justa. Considero que la tienda ORO VIVO ha incumplido con las expectativas y estándares de calidad que se esperan en una ocasión tan especial como es la compra de las alianzas de boda. Espero que se tomen las medidas necesarias y que me devuelvan la totalidad del importe pagado (237,25 euros).