El lavavajillas de mis padres, comprado en IKEA, comenzó a tener problemas con la bomba de evacuación, esta no paraba de funcionar. Preocupados, llamaron IKEA, que les derivaron al servicio técnico oficial de Electrolux, fabricante del aparato, confiando en recibir un servicio profesional y honesto. Sin embargo, lo que encontraron fue un intento descarado de aprovecharse de su situación.
El técnico llegó, cobró 72 euros solo por el traslado, y sin ni siquiera sacar el lavavajillas de su sitio, afirmó que no tenía arreglo. Les ofreció, en cambio, la compra de un aparato nuevo, alegando que la reparación costaría más de 300 euros y que no valía la pena. Esto es especialmente grave, dado que mis padres son personas mayores, confiadas y vulnerables a este tipo de abusos.
Casualmente estaba con ellos cuando recibieron la llamada de Electrolux, que fue a las pocas horas de irse el técnico, en la que les ofrecían un nuevo aparato similar por casi 600€, así que decidí echar un vistazo yo mismo. Con absolutamente ningún conocimiento técnico ni formación específica, descubrí que el problema era simplemente un poco de suciedad en el flotador del sistema antiinundaciones. Me tomó menos de 10 minutos limpiarlo, y el lavavajillas empezó a funcionar perfectamente.
Electrolux debería estar avergonzado de tener un servicio técnico tan deshonesto y falto de ética, especialmente al intentar aprovecharse de personas mayores. No recomiendo, bajo ninguna circunstancia, utilizar su servicio técnico.
Ikea debería replantearse sus alianzas, ya que las malas prácticas de sus socios podrían salpicar y dañar su imagen. ¡Pésima experiencia y una práctica inaceptable!