Contraté los servicios de la empresa Randstad, dedicada a la selección y contratación de personal, para cubrir puestos de camareros en mi cervecería. El servicio tenía un coste total de 750 € + IVA, lo cual implica un nivel de exigencia y profesionalidad acorde con el precio abonado.
Mi experiencia fue claramente insatisfactoria. El primer trabajador enviado mostró una actitud apática y distante, y aunque trabajó durante tres días, no encajó ni cumplió con las expectativas mínimas del puesto. El segundo trabajador, que sustituyó al anterior, protagonizó un incidente grave con un cliente de mi establecimiento, adoptando una actitud prepotente, poco profesional y mostrando una completa falta de respeto tanto hacia el cliente como hacia el resto del equipo.
Además, Randstad también me envió trabajadores temporales por horas, a un coste de 19 ,23€ por hora. El primer camarero no tenía conocimientos básicos de hostelería, ni siquiera sabía abrir una botella de vino. El segundo mostró un desempeño algo más adecuado, pero aun así estaba lejos de lo que se espera por el precio abonado. Todo ello demuestra una clara falta de evaluación y seguimiento del personal enviado, lo cual genera perjuicios operativos y de imagen a un negocio pequeño como el mío.
Tras reclamar formalmente, la empresa reconoció la situación y aprobó una devolución parcial del importe el día 12 de junio de 2025. Sin embargo, a fecha de hoy, el reembolso no se ha hecho efectivo, pese a que el pago inicial por mi parte se realizó en menos de cinco minutos tras recibir la factura. Esta demora es inaceptable.
Considero que he sido víctima de un servicio mal prestado, con personal no cualificado para el puesto, sin adaptación al entorno laboral ni conocimiento del sector hostelero, incumpliendo así lo prometido por la empresa. Además, el retraso en la devolución aprobada vulnera mis derechos como consumidor.