El pasado 1 de enero, El Corte Inglés procedió a la anulación unilateral de un producto, indicando que el reembolso se efectuaría mediante un cheque regalo, decisión que fue tomada sin mi consentimiento y que contraviene frontalmente mi derecho como consumidor. Dado que la parte proporcional del cobro se efectuó mediante tarjeta de crédito, exijo la devolución por el mismo medio de pago, tal y como establece el artículo 107 del Real Decreto Legislativo 1/2007, Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. La imposición de un cheque regalo en lugar del abono directo constituye un incumplimiento de la obligación legal de la empresa.
A pesar de haber solicitado de forma expresa y reiterada el reembolso directo a mi tarjeta de crédito, en cumplimiento de la legalidad vigente, la empresa ha optado por cerrar unilateralmente mi reclamación interna inicial (caso nº 20083914). Dicho cierre se efectuó sin proporcionar solución alguna (que me conste o se me haya informado) ni emitir respuesta oficial evidenciando una absoluta desatención a mi solicitud legítima y a mi derecho a ser resarcido conforme al medio de pago original.
Tras reiteradas llamadas y la interposición de nuevas reclamaciones formales (Números 20208706 y 20211434), la empresa ha procedido a cancelar la última de estas, pese a haber sido presentada formalmente por escrito vía correo electrónico, medio que me fue ofrecido expresamente por la propia compañía, como último medio antes de emprender estas acciones y aquellas cuyo derecho me reservo a ejercer.
Al intentar contactar directamente con el Centro de Castellana, identificado como el responsable de gestionar mi caso, fui sistemáticamente derivado a Atención al Cliente Central. En esta instancia, la respuesta recurrente ha sido la negativa a ofrecer nuevas soluciones que no sean escalar el caso, cosa que ya intenté (como explico anteriormente), alegando incapacidad para actuar. Y, al cuando se intenta la comunicación con el responsable de castellana, tras una espera telefónica superior a veinte minutos, me cortaron unilateralmente la llamada. E
Esta gestión evidencia un grave déficit en la atención al cliente, una falta de respeto hacia el mismo, y una completa falta de canales efectivos para la resolución de reclamaciones.