Según lo previsto por Gamboa, el 28 de octubre, el DFP llegó al taller y fue instalado en el coche. Según el Jefe de Taller, el coche se probó en varias salidas a la carretera y el piloto de aviso del sistema de escape no se volvió a encender. En un viaje de unos 160+160 km en el puente de Todos los Santos, el coche funcionó perfectamente y, de momento, no ha vuelto a dar fallo. Por lo tanto, se supone que la avería está arreglada, pero habrá que esperar a que pase un tiempo para comprobar que no se reproduce.
A petición mía, el Jefe de Taller me entregó un informe de la reparación en garantía (adjunto) en el que se especifica de forma escueta, pero suficiente, los hitos principales de la reparación y sus fechas correspondientes, desde que el coche entró en el taller el primer día que se detectó la avería en el sistema de escape el día 30/07/24, hasta la finalización de la reparación, el día 28/10/24. Llama atención, por encima de todo, los 34 días que ha tardado en llegar el DPF desde su pedido el 24/10/24.
De cara al futuro, teniendo en cuenta que esta es la segunda reparación/cambio del DPF, he pedido a Atención al Cliente de Gamboa que en el caso de que se reproduzca la avería y, especialmente si ésta ocurre ya fuera del plazo de garantía, se tengan en cuenta los antecedentes del coche. Dicho de otra forma, en caso de que se reproduzca esta misma avería fuera del plazo de garantía, debido a su recurrencia, deberían ser Gamboa y/o Hyundai los que asumieran, al completo el coste de su nueva reparación.
En el momento de la entrega del coche, el Jefe de Taller me dio algunos consejos sobre la necesidad de que este modelo diesel TUCSON (híbrido automático) tenga una conducción preferente por carretera y no sólo por ciudad. Al respecto le indiqué que ese consejo se debería dar antes de comprar el coche y que, además, no era al caso de mi coche, al que, como él sabía, durante los tres primeros años se le han hecho una media de 25-30000 km. Desde el verano de 2023 ha bajado un poco ese ritmo de kilometraje (20.000 km), siendo el 90% de ellos en carretera. Los problemas que el coche ha tenido con el sistema de escape, por lo tanto, no se pueden imputar, en este caso, al tipo de uso, si no a un problema de fabricación que HUYNDAI conoce bien pues es una avería recurrente en este modelo.
Una recomendación: el Hyundai Tucson 1.6 CRDI 136 CV 48V (diésel semihíbrido) es un buen coche, que ofrece una magnifica conducción, pero tiene en su sistema de escape un Talón de Aquiles que está generando averías muy recurrentes y difíciles de resolver. HUYNDAI, de momento, no ha sabido erradicar estas averías ni dar una respuesta adecuada a las mismas con la celeridad que el usuario necesita, lo que le puede generar a éste un cúmulo de trastornos.
Con esto he dado por cerrada la reclamación, similar a ésta, que puse al Grupo Gamboa, confiando en que no se reproduzca la avería (sería la 3ª vez).
Sin embargo, HUYNDAI no ha tenido a bien contestar ni dar la cara al respecto de esta reclamación ni de ninguna de las consideraciones que se hacen ella. Especialmente sensible es el asunto de una posible reincidencia de la misma avería fuera del plazo de garantía. Sería de agradecer algún comentario al respecto.
Seguimos a la espera