Soy propietario de un Nissan Qashqai con garantía vigente de un año.
El día 7 de agosto, el vehículo sufrió una avería en Gandía, siendo diagnosticado por un taller oficial Nissan. En dicho diagnóstico se indicó que el problema procedía de la caja de cambios, no del embrague.
Desde el cambio anterior del embrague el coche solo ha recorrido aproximadamente 10.000 km, por lo que el supuesto desgaste alegado no resulta razonable ni compatible con un uso normal.
Pese a ello, el 30 de septiembre el taller me comunicó que el vehículo había sido reparado sin mi consentimiento previo y me presentó una factura de 1.000 €, que no autoricé ni acepté.
Posteriormente, el 8 de octubre, se me exigió la devolución del coche de sustitución cuando el conflicto seguía sin resolverse. Además, el concesionario no me facilitó el regreso a Madrid, por lo que tuve que hacerlo por mis propios medios y coste.
El 10 de octubre remití una reclamación formal por correo electrónico al Jefe de Postventa del concesionario, concediendo un plazo de 7 días para respuesta. Hasta la fecha no he recibido contestación.
Considero que la empresa ha vulnerado mis derechos como consumidor, al realizar una reparación sin mi autorización, intentar cobrarme un importe indebido, negarse a aplicar la garantía y no ofrecer una solución adecuada.