Llevé mi coche al taller Ford Deysa en Madrid, el día 3 de septiembre para la revisión de rutina anual, sin presentar ningún error ni avería. Al entregarlo, comenté que no podía conectar la app de Ford con el vehículo y me confirmaron que lo revisarían.
El viernes 5 de septiembre me informaron que era necesario pedir un módulo de recambio y que estaría disponible el lunes. Pregunté si podía recoger el coche mientras tanto, pero me recomendaron dejarlo en el taller. El martes siguiente me dijeron que habían cambiado el módulo, pero que no habían conseguido resolver el problema. Volví a pedir que me devolvieran el coche hasta encontrar la solución, pero insistieron en que lo mejor era que permaneciera allí.
Desde ese día no recibí ninguna comunicación, hasta que hoy, 12 de septiembre, tuve que llamar yo mismo para pedir una actualización. La respuesta fue que aún no saben cómo solucionar el error y que mi coche seguía sin estar listo. Solicité un coche de sustitución o que me devolvieran el mío, pero la atención que recibí fue poco empática y muy deficiente.
Finalmente me entregaron el coche en peores condiciones que cuando lo llevé: entró al taller sin ningún mensaje de avería y ahora lo tiene. La experiencia me ha resultado muy frustrante y decepcionante, no solo por la falta de soluciones técnicas, sino también por el trato recibido (en especial por parte de Alejandro y algunas personas de administración), con muy poca empatía hacia el cliente.
Esperaba un servicio acorde a la marca Ford y, lamentablemente, no ha sido así.