Me dirijo a ustedes para presentar una queja formal en relación con un incidente ocurrido el pasado 16 de marzo, durante el vuelo VY3968 entre Bilbao y Valencia, en el que viajaba mi madre, una señora de 70 años, jubilada y con una pensión mínima.
Mi madre volaba con una maleta de mano con la que ha viajado en múltiples ocasiones, incluyendo vuelos con Vueling, sin haber tenido nunca ningún inconveniente. No obstante, en esta ocasión, antes de embarcar —vuelo que además sufrió un retraso— un empleado de su compañía comenzó a inspeccionar de forma selectiva el equipaje de mano de algunos pasajeros, aparentemente con el único propósito de encontrar a quién cobrar un recargo.
Este empleado se dirigió a mi madre y, con una actitud claramente intimidatoria y poco empática, la obligó a introducir su maleta en el medidor de equipaje. La maleta encajaba correctamente en el compartimento, salvo por el leve saliente de las ruedas. A pesar de ello, el empleado insistió en que debía pagar 60 euros adicionales si quería embarcar, bajo la amenaza de no permitirle subir al avión si no realizaba el pago en ese momento.
Nos parece completamente abusivo y desproporcionado que se someta a una persona mayor, con una pensión mínima, a este tipo de presión y se le exija el pago de una penalización tan elevada, especialmente habiendo abonado ya 115 euros por el billete. Cabe destacar que la maleta utilizada fue adquirida precisamente por cumplir con las medidas que Vueling establece como permitidas para el equipaje de mano.
Llevamos muchos años volando con Vueling y siempre la hemos elegido por el buen trato y el servicio recibido, por lo que este tipo de actuaciones nos resulta totalmente decepcionante.
Por todo lo anterior, solicito la devolución íntegra del importe cobrado indebidamente por el equipaje de mano en ese vuelo, ya que consideramos que se trató de un abuso por parte del personal de su compañía.
Quedo a la espera de una respuesta por su parte y agradezco de antemano su atención.