1. Datos del animalNombre Animal: AmalFecha de nacimiento: 13/07/2017Especie: CaninaRaza: Golden RetrieverSexo: MachoEstado: FértilNº Chip: 9410000219456232. Datos de la propietariaNombre Propietaria: Lorena Otero FafiánDNI: 46906009-QDomicilio: Lugar San Román nº 36, Orto.Localidad: Abegondo. C.P.: 15318. Nº Teléfono: 679745844Email: lorenaoterofafian@gmail.comA esta reclamación se unen Francisco Escudero Carril con DNI: 32432624 W e Iván Pintor Cortés con DNI: 32842753 H como copropietarios del perro anteriormente citado.3. Descripción de los hechosEl pasado día 30 de Octubre asistimos a consulta del Dr. José Luis Vérez Fraguela (col nº 616) en el Hospital Clínico Veterinario “Ultramar”, sito en la Calle Nueva de Caranza, 167 de Ferrol (A Coruña), donde fue admitido a consulta el perro de nombre Amal por una cojera en la extremidad posterior izquierda siendo diagnosticado con una lesión de LCA e indicado el tratamiento quirúrgico mediante la técnica de TPLO, según consta en informe (ver documentos anexos)Según dicho informe la evolución es en todo momento favorable, siendo satisfactorios los controles radiológicos postoperatorios. Fue dado de alta hospitalaria el martes 13 de noviembre del 2018, (ver factura en documentos anexos)En el momento de aceptar la realización de la operación se nos informa de cómo se va a realizar la operación, en qué consiste y los plazos de recuperación. Según el doctor Vérez Fraguela el perro apoyará la pata a los cinco días, el tiempo estimado de hospitalización. Tras el alta hospitalaria, en la que le fueron recetados antibióticos orales que le provocaban vómitos, volvimos a la clínica Ultramar donde, tras exploración del perro, le fue pautado tratamiento antibiótico inyectable cada dos días. De esa forma continuamos acudiendo cada dos días a dicha clínica donde fuimos atendidos por el veterinario allí presente, D. Alexander William Penabad Ott, que fue quien se encargó del postoperatorio en todo momento según sus propias palabras supervisado por el doctor Vérez Fraguela, al que no volvimos a ver desde el momento del alta hospitalaria. Además de esas visitas cada dos días, manteníamos contacto diario telefónico vía wasap con el citado D. Alexander Penabad donde enviábamos fotografías diarias de la situación de la cicatriz y comentábamos aspectos de la evolución del perro. Durante esas citas pautadas, cada dos días acudíamos al hospital veterinario Ultramar donde se le supervisaba el estado de la herida y de la pata operada. Según su criterio, ambas cosas evolucionaban favorablemente. La herida presentaba supuración por dos puntos, y el perro no apoyaba dicha pata a lo que el veterinario respondía que era normal, que la herida estaba bien (aún así le fue puesto un punto de aproximación en la herida durante el proceso) y que no apoyara la pata era normal ya que era un perro grande con un peso considerable (36 kg). En todo momento seguimos sus indicaciones confiando en lo que nos decían, aún con la preocupación evidente por el hecho de que el perro no apoyara dicha pata cuando nos habían informado en el momento de aceptar la operación que lo haría al cabo de cinco días aproximadamente.Al cabo de quince días después de la operación el perro, (aún sin apoyar la pata), presentó un cuadro de escamación de la piel bastante importante al que el veterinario, al ser cuestionado sobre el mismo, contestó que ya lo miraría cuando acabase el proceso de la recuperación de la operación. Como acudíamos cada dos días a inyectar los antibióticos, fue cuestionado por este aspecto de la piel en varias ocasiones siendo su respuesta siempre la misma, la ya sabida de mirar ese aspecto cuando acabase el proceso de recuperación de la operación.El viernes 23 de noviembre de 2018 acudimos a consulta en el centro veterinario Ultramar y le fue inyectado al perro una dosis de antibióticos. En contacto telefónico con el veterinario responsable se nos informó de un descanso en la pauta de antibióticos el sábado 24 y el domingo 25 de dicho mes de noviembre del 2018.El lunes 26 de noviembre acudimos a la clínica Ultramar y el veterinario responsable le pinchó un hematoma que había en la cicatriz para, según sus palabras, “liberar un hematoma” que existía en dicha cicatriz. No se le pusieron antibióticos ese día y, aunque el perro no apoyaba la pata y la herida seguía supurando por dos puntos, todo estaba normal según su criterio. Vuelto a informar sobre la escamación de la piel, que se había agravado durante ese tiempo, su respuesta fue la de costumbre: “ya se mirará cuando acabe el proceso de recuperación de la operación”.El martes 27 de noviembre y alarmados por el estado de la piel, decidimos asistir a la consulta del Doctor Gustavo Machicote Goth, Dermatólogo veterinario con nº colegiado 348, el que determina que el perro tiene fiebre (nunca le fue mirada la fiebre durante el postoperatorio en la Clínica Ultramar, situación en la que siempre estuvimos presentes) y nos aconseja ir a un traumatólogo porque la rodilla no tiene buen aspecto, ya que la rodilla de la operación le supura por dos puntos. (Informe del Doctor Machicote en documentos anexos) Siguiendo los consejos del doctor Gustavo Machicote, acudimos a la Clínica Veterinaria Somaza-Pérez, sita en la Rúa Cuntis, 61. 15403 Ferrol. A Coruña, ese mismo día tras salir de la consulta del doctor Machicote. Decidimos seguir las indicaciones del doctor Machicote porque su diagnóstico no coincidía con el emitido el día anterior desde la Clínica Ultramar en la que se nos decía que todo evolucionaba favorablemente. Allí, el Doctor Juan Andrés Somaza Serantes, Traumatólogo Veterinario con número de colegiado 278 del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de A Coruña, realiza una exploración del perro y confirma el estado febril, y en la exploración radiológica detecta una fractura de peroné además de una fisura en el fragmento más proximal de la cresta tibial, aspectos sobre los cuales no habíamos sido informados por los veterinarios de la Clínica Ultramar. Toma una muestra de líquido de la herida para cultivo y antibiograma y pauta antibióticos de amplio espectro hasta que lleguen los resultados del cultivo. Reporta que la fractura de peroné es una complicación de la operación y que retrasa la recuperación un mes, el tiempo de consolidación de dicho hueso. Además, aparece una lisis alrededor de uno de los clavos que sujetan la placa propia de la operación por TPLO. Para control de dichos problemas, pauta un control radiológico semanal. (Ver informe Clínica Somaza-Pérez en documentos anexos)Conocedores de dicha información, nos ponemos en contacto con la clínica Veterinaria Ultramar y les pedimos las radiografías de control postoperatorias, que nos son enviadas por correo electrónico, y en las que se observa la fractura del peroné causada durante la operación (Ver en documentos anexos) fractura de la que no se nos informó ni durante nuestras visitas a revisión en la clínica Ultramar ni se hace cita de ella en el informe de alta hospitalaria emitida por la referida clínica y adosada en el los documentos anexos a este documento. A criterio del doctor Somaza Serantes, esta fractura de peroné es una complicación de la operación, dolorosa y que retrasa la recuperación de la misma en un mes, (el tiempo de consolidación de la fractura), y que era la causa probable de que el perro no apoyase la pata. Cabe decir también que desde el quinto día (el momento del alta), el perro estuvo sin tomar ni antiinflamatorios ni calmantes, además de que la limpieza de la herida se nos fue informado de que la hiciéramos exclusivamente con suero, sin utilizar ni cremas antibióticas ni líquidos antisépticos. Acto seguido, nos ponemos en contacto telefónico con la clínica Ultramar, siendo atendidos por el veterinario antes referido, el doctor Alexander Penabad, que en todo momento defendió su correcta práctica y la inexistencia de complicaciones en la operación. Al ser requerida su interpretación de la radiografía de control postquirúrgica (ver anexos a este documento), y tras mucha insistencia, fue reconocida la existencia de la fractura de peroné por dicho veterinario pero que, a indicación de su jefe el doctor Vérez Fraguela, no nos informó de dicha fractura al entender que no era relevante, aunque provocase dolor al perro que no fue atendido convenientemente con sus consecuencias asociadas de malestar, imposibilidad funcional del miembro y retraso en el tiempo de recuperación con la atrofia muscular asociada al no uso de la articulación además de un dolor importante que no fue tratado convenientemente ni con antiinflamatorios ni con calmantes.En el email en el que nos fueron enviadas las radiografías por parte de la clínica Ultramar (ver en anexos a este documento), el doctor Vérez Fraguela solicita que le enviemos los informes de los que disponemos para hablar con nosotros. Por causa de la pérdida de la debida confianza entre veterinario y paciente, decidimos no volver a su consulta en la Clínica Ultramar, (sin menosprecio de las posibles posteriores reclamaciones), y así se lo hacemos saber vía telefónica al doctor Alexander Penabad con fecha del 5 de diciembre del 2018.