Siendo 06-08-25 a las 14:36 realicé una compra por un importe de 74.66 en Alcampo Getafe, al acercarme a caja N°29 y pasar mi tarjeta mediante mi teléfono móvil, mi app falló. En esos instantes al ver que la cajera se ponía de malos modos y que había más gente esperando le propuse a la cajera realizar el pago en el autoservicio para tarjetas, con el objetivo de no dejar mi compra (en esta compra tenía incluida un juguete interactivo que lo venía buscando por semanas para mi bebé con TEA) y tener unos minutos de paz para revisar mi app, a lo que ella de modo prepotente y en tono abusivo contesto " no puedo el ticket está cerrado, no vas a mover nada de aquí", sin darme ninguna alternativa de solución, entonces al ser el clima tan insostenible por que la cajera seguía en tono humillante, le pedí dejar la compra y regresar mientras yo pueda revisar con calma mi app y le explique que necesitaba salir de ese mal entorno generado para revisar mi teléfono. Bueno, al retirarme si que lo pude solucionar rápidamente y regresé, le pedí el libro de reclamaciones y sorpresa!, su trato cambió 360 grados, sonrió por primera vez conmigo, me explicó detalladamente que significa el ticket cerrado, cuestión que desconozco al ser un procedimiento interno de tienda y me indico que si me hubiese dado pase al autoservicio de tarjetas tampoco hubiera funcionado porque ya generó el ticket,....Además, quiero resaltar un hecho especialmente grave: el contacto físico que la cajera tuvo con mi hija al tomarla de la muñeca y mirarla de forma intimidante. Este tipo de conducta es absolutamente inapropiada e ilegal. Estando yo presente, cualquier observación sobre la actitud de mi hija debió ser comunicada directamente a mí, sin recurrir al contacto físico ni a gestos intimidatorios hacia una menor. Como podrán revisar en las cámaras, lo que mi hija intentó hacer fue simplemente acomodar su yogur preferido, al notar que estaba en posición oblicua —según me relató— para que, al abrirlo, no perdiera su buena apariencia....Lo ocurrido no fue una simple incomodidad, sino una experiencia marcada por un trato prepotente, diferenciado y la ausencia total de alternativas ante un problema técnico menor. El impacto emocional fue considerable, especialmente para mi hija, quien también dejó constancia de lo vivido desde su perspectiva infantil, pero profundamente lúcida, añado la reflexión que deja mi hija: " yo la hija mientras mi mamá hacía el pago y por fin le daba la tarjeta arreglada y cuando mi mamá pidió la hoja de reclamación la cajera sonrió y en vez de estar malhumorada la cajera estuvo feliz y aunque haya estado enojada la cajera tuvo que poner siempre una buena cara aunque su despertar haya sido malo es su trabajo no es ni mi culpa ni la de mi mamá ni de la de nadie que ella hubiera elegido ese trabajo lo que quiero dejar es que le busquen un psicólogo a esa señora para que trate mejor a las personas ... y dejo claro que cuando quería voltear mi yogurt una cosa la cajera me agarró la mano y me miró de una manera que en ese instante sentí el ambiente muy tenso y me dieron ganas de llorar que le digan a la cajera que trate bien a los niños porque ella alguna vez fue una niña y no le hubiera gustado que le hicieran eso".
Aclaro asimismo que soy una persona de condición humilde y de origen indígena, y aunque me gustaría pensar que el trato recibido no estuvo condicionado por mi apariencia, color de piel o la ropa que visto, considero importante dejar constancia de este dato. Mi único deseo es descartar por completo la posibilidad de que existiera algún tipo de discriminación por motivos sociales o étnicos; mi reclamación se basa únicamente en la situación vivida, me gustaría conocer qué medidas concretas se implementarán para evitar que situaciones como esta se repitan, y para asegurar que el trato al cliente —especialmente a personas vulnerables o acompañadas de menores— sea siempre respetuoso, humano y profesional. Asimismo, considero fundamental que el personal cuente con formación adecuada para ofrecer soluciones efectivas ante incidencias, sin generar un entorno hostil ni humillante.