Me apunté al gimnasio Basic-fit unos meses antes de la pandemia. Durante la misma, decidieron no pasarme las cuotas pero sí ampliarme el plazo de permanencia sin previo aviso. Una vez se volvió a abrir el gimnasio y volvieron a pasarme las cuotas fui a hablar con algún encargado porque, al haber cambiado las circunstancias no quería seguir yendo al centro a entrenar porque no veía que las medidas anti-covid se estuviesen cumpliendo y para mí no era un lugar seguro y en el que yo pudiese estar tranquila. En ningún momento se me permitió hablar con nadie ya que en todo momento se me dirigía al asistente virtual en el que gasté varias horas en diferentes días sin que eso sirviese de ayuda porque nunca me llegaban a pasar con un agente. Tras varios meses pagando sin disfrutar del servicio y sin poder hablar con nadie que realmente escuchase mis motivos o entendiese las circunstancias, decidí devolver los recibos porque no me daban ninguna solución ni ningún tipo de explicación. Ahora, después de 5 meses, me obligan a pagar las cuotas pendientes o si no habrá consecuencias. Pero en ningún momento se me ha permitido hablar con nadie, se me amplió la permanencia sin aviso y sin conformidad por mi parte y no se me han escuchado los motivos por los que no quería continuar en el centro aún siendo más que razonables por la situación en la que nos encontramos.