Solicito, vía telefónica, los servicios de esta empresa para reparar un equipo Panasonic CZ-RTC4 que está fuera de garantía. Se me informa del precio del desplazamiento del técnico a mi domicilio, así como del coste de su hora de trabajo, pero se omite que dicho técnico va a ir acompañado de un ayudante, cuyo trabajo supone un coste adicional.
Tras 3 horas de trabajo en mi vivienda, se me comunica que el equipo no se puede reparar en el día y me piden un abono de 304,92 € en concepto de diagnóstico. Pido presupuesto de reparación y el técnico se niega a darme ninguna información al respecto, alegando que ese protocolo corresponde a otro departamento de la empresa.
Tras estos hechos, solo recibo un email de DAVOFRIO que adjunta factura por trabajos de diagnóstico; parte de trabajo; fotos del equipo y número de cuenta para abonar la cantidad requerida.
Después de abonar la cantidad correspondiente, solicito vía correo electrónico, una hoja de reclamaciones a la empresa, que no ha vuelto a contactar conmigo.