Contraté un tratamiento el cual iba a ser financiado el día 15 de Octubre y tuve que cancelarlo por motivos personales importantes. El día 23 de Octubre les informo por teléfono de mi desistimiento a seguir con la intervención. El día 28 de Octubre acudo a la clínica a firmar dicha cancelación por escrito. De este documento no me entregan copia, aún siendo su obligación.Me dijeron que les había hecho incurrir en unos gastos correspondientes a: darme una dieta por escrito, hacerme una analítica, reservar un quirófano el cual se pudo cancelar con más de 24 horas de antelación, reservar el propio tratamiento en sí. DORSIA me informó que estos gastos ascendían a 600€ y que si no los pagaba no iban a mandar el documento de cancelación a la financiera, de manera que se me iba a estar cobrando todos los meses un tratamiento de casi 5.000€ aun habiéndolo cancelado. Mi forma de actuar fue ponerme en contacto con el personal de la clínica e intentar negociar esa cantidad tan desorbitada. Como no se mostraron dispuestos a negociar, más bien todo lo contrario, les pedí que me enviasen las facturas del hospital y de la analítica para comprobar que dichos gastos eran exactos y reales. A esto también se negaron. Como consecuencia de toda esta situación, a día de hoy sigo sin disponer de la copia del documento firmado de mi cancelación, a pesar de habérselo solicitado en más de 3 ocasiones. Sigo teniendo una financiación que pagar, a pesar de haberla cancelado por escrito. Y sigo teniendo que pagar unos gastos que no están justificados.