El día 4 de abril realicé un pedido a través de Glovo. Tras transcurrir el tiempo esperado de entrega, me intenté poner en contacto con la repartidora (Fabiola) sin éxito. Contacté con Glovo repetidas veces que me indicó que no podían contactar con la repartidora. Tras varias conversaciones con Glovo, mi comida llegó a las 00:48h del día 5 de abril, 1 hora y 45 minutos después de hacer el pedido. Tuve que bajar a la calle a buscarlo porque no se ponían en contacto conmigo a pesar de que finalmente la app geolocalizaba al repartidor en el número de mi calle. Me lo entregó un señor que definitivamente no era Fabiola. Tras comentarme que había tenido problemas con una multa y que el retraso había sido resultante de esa situación, compruebo que la comida (alas de pollo, hamburguesa y patatas fritas) está completamente fría, tras haber pasado hora y media en una bolsa junto a una lata de refresco fría, imposible de comer y en bastante mal estado. Tras intentar comunicarme con Glovo para encontrar una solución, sin éxito, pido una hoja de reclamaciones ya que se niegan a entregarme el pedido en condiciones que se pueda comer o a reembolsarme el importe de una cena que no solo llega casi dos horas tarde a las 00:45h de la madrugada sino que llega en un estado que hace imposible su consumición.