El pasado mes de septiembre comuniqué a mi compañía aseguradora GÉNESIS, un siniestro ocurrido con mi vehículo, al encontrarme con un obstáculo en la calzada (un animal previamente atropellado) que no fue posible evitar. El hecho está recogido en el correspondiente atestado policial, en el que se indica que el obstáculo se hallaba en la vía con anterioridad al accidente y que su retirada correspondía a las autoridades competentes.
La aseguradora confirmó la apertura del parte, pero desde entonces no ha proporcionado ninguna otra información ni ha autorizado la reparación del vehículo.
He contactado en varias ocasiones tanto con el taller donde se realizó la peritación como con el servicio de atención al cliente de la compañía, sin obtener avances ni explicaciones claras sobre el estado del expediente. En una de las llamadas, la comunicación se interrumpió y no recibí seguimiento posterior.
A fecha de hoy, el vehículo continúa inmovilizado desde hace más de un mes, con el perjuicio económico y personal que ello supone, y la compañía no ha ofrecido respuesta ni solución por escrito, pese a haberse remitido una reclamación formal solicitando resolución urgente.
Por todo ello, solicito la intervención de la OCU para que la aseguradora proceda a resolver de inmediato el siniestro, autorizando la reparación del vehículo o abonando el importe correspondiente, o, en su caso, que determine con claridad si debe intervenir el Consorcio de Compensación de Seguros o la administración titular de la vía, conforme a lo establecido en la normativa aplicable.