Ayer, 1 de junio de 2019, hicimos 2 horas de cola para subir a la atracción Shambala de Portaventura Park. Un compañero de nuestro grupo, el peso del qual es de 100 kg, probó el asiento de prueba situado en la entrada para comprobar si el asiento y el sistema de seguridad se adequaban a su cuerpo. Efectivamente funcionaba sin problema. En el momento de subir al tren, le dijeron, sin intentar nada, sin nunguna paciencia ni tacto, que no podía subir a la atracción, cuando ya había subido muchísimas veces anteriormente sin ningún problema parecido nunca. Todo esto después de 2 horas de cola y de probar el asiento de prueba de la entrada de la atracción. De hecho, en el mismo instante que hacían fuera sin miramientos ni tactos a nuestro compañero también expulsaban a otro chico de más atrás del vagon.En esta atracción, según la ficha, no hay límite de peso, y se pueden subir personas con discapacidades físicas, però, en cambio, se discriminó a mi compañero por tener un sobrepeso moderado. El trato recibido fue humillante y vejativo, cosa que nunca nos habíamos encontrado. Obviamente nos quejamos del trato recibido, de la humillación que recibió por parte de los trabajadores y por el poco respeto que se tiene en este parque por la diversidad de cuerpos no normativos. Consideramos este caso como un episodio de discriminación y gordofobia que se repite constantemente en este parque. Dos casos en un solo viaje. Y nos consta que no son los únicos que han sufrido este trato humillante.