Debido a una enfermedad me vi obligada a dejar de conducir y, como vendí mi coche, les envié una carta certificada solicitando subrogar la póliza del seguro al nuevo propietario del vehículo o la devolución del importe de los meses restantes (solo habían pasado cuatro meses desde el comienzo del contrato anual). Días más tarde me informaron telefónicamente que, de acuerdo con las normas de su compañía, no era posible ninguna de estas opciones, por lo que procedí a cancelar la póliza. A tenor de las circunstancias solicité la cancelación del seguro y recibí un correo electrónico con la confirmación en el que me explicaban que no tenía derecho a ninguna devolución y que únicamente me descontarían los 200,36 € restantes si contrato con ustedes un nueva póliza en el plazo de cinco años, algo que considero totalmente inaceptable, especialmente en una situación tan delicada, involuntaria y demostrable como la presente.