Siendo casi la primera en embarcar, me obligaron a facturar mi equipaje de mano alegando que no había espacio en el avión. Dije que eso era imposible ya que estábamos literalmente entre las cinco primeras personas que embarcábamos. Llevaba una hora esperando de pié en la cola precisamente para ser la primera y evitar esto.
Dije que me negaba a facturarlo hasta que no viera que realmente no cabía en el avión, y me amenazaron con no dejarme embarcar.
Pedí que empezasen a facturar equipajes cuando realmente el avión se llenara. En este momento ni siquiera sabían la cantidad de personas que iban a embarcar ni las que llevaban maleta de cabina, habían embarcado sólo 2 o 3 personas antes que yo!
Me ignoraron y con malas formas me facturaron el equipaje. Cuando llegué al avión efectivamente todos los compartimentos superiores estaban vacíos y se empezaron a llenar con mochilas y bolsos de mano pequeños que podían ir perfectamente bajo los asientos.
Además se negaron a darme una hoja de reclamaciones cuando la pedí en la puerta de embarque. Me dijeron que la pidiera cuando llegara a mi destino.
No reclamo dinero, pero sí que se amoneste a la compañía para que empiece a respetar a sus clientes y que un consumidor que ha pagado por este servicio, pueda llevar su equipaje de mano consigo siempre y cuando todavía quede espacio en los compartimentos superiores del avión, como era el caso en este vuelo y en el de ida, que también pasó.