Objeto de la reclamación:
Aparición de fallos graves de seguridad (airbag del conductor, controles del volante y claxon) mientras el vehículo estaba bajo custodia del taller; entrega irregular; falta de verificación previa obligatoria; presión indebida para retirar el vehículo; negativa del taller a asumir responsabilidades.
Hechos ocurridos:
El vehículo fue depositado en el taller tras un siniestro, transportado en grúa por la aseguradora. En el momento de su entrada, el vehículo no presentaba ningún aviso de airbag ni fallo en los mandos del volante, como demuestra el documento de recepción, que no recoge incidencia alguna en sistemas de seguridad.
Al acudir a recogerlo tras la reparación, el taller hizo firmar un documento antes de enseñar el vehículo, impidiendo verificar su estado. Esto contradice la obligación de mostrar el coche al cliente antes de cualquier entrega.
Al poner el contacto para comprobar su estado, el vehículo mostró un fallo del airbag del conductor, además de la pérdida total de funcionamiento de los mandos del volante, incluyendo el claxon, elemento esencial de seguridad.
Estos fallos no existían antes de entrar al taller y aparecieron únicamente tras su estancia allí.
Conforme a la normativa aplicable a talleres (Real Decreto 1457/1986), si un vehículo presenta cualquier fallo en un sistema de seguridad, ya sea
– en la entrada,
– durante la estancia, o
– en la entrega,
el taller está obligado a comunicarlo al cliente y dejar constancia escrita.
En este caso, el taller no informó en ningún momento de ningún fallo de airbag ni de la pérdida de funciones del volante antes de intentar entregar el vehículo.
Al comunicar el fallo, la única respuesta del taller fue que “el perito lo rechaza”, sin aportar informe, explicación técnica ni resolución oficial de la aseguradora, que en ese momento tampoco había comunicado nada por escrito. Esto evidencia una falta de verificación y de transparencia.
A pesar de los fallos graves de seguridad y de la ausencia de entrega válida, el taller presionó verbalmente para retirar el vehículo, mencionando posibles cobros de estancia.
Debido a esta situación y ante la falta de resolución inmediata, la aseguradora envió una grúa y el vehículo quedó depositado en la puerta del domicilio, aunque el cliente no puede circular ni hacerse responsable de un coche en estas condiciones.
La aseguradora ha comunicado posteriormente que el cliente debe reclamar directamente al taller, ya que el perito considera que el fallo no deriva del siniestro. Sin embargo, todos los fallos surgieron exclusivamente después de la estancia en el taller, por lo que el taller debe asumir la revisión o reparación.
Motivos de la reclamación:
– Aparición de un fallo grave de seguridad bajo custodia del taller (airbag).
– Fallo en elementos esenciales del volante: botones, controles y claxon.
– No cumplir con la obligación legal de informar al cliente sobre fallos de seguridad.
– Entrega irregular del vehículo sin permitir verificación previa.
– Falta de información veraz y actuación profesional.
– Presión para retirar un vehículo inseguro.
– Negativa del taller a asumir responsabilidad o revisar la incidencia.
– Situación de indefensión generada por la actuación del taller y la falta de solución adecuada.
Solicito a la empresa/taller:
Una revisión completa del sistema de airbag del conductor, sin coste para el cliente.
Reparación de los mandos del volante y claxon, que dejaron de funcionar tras la estancia en el taller.
Investigación formal que determine si hubo manipulación, desconexión o daño durante su permanencia en el taller.
Anulación de cualquier intento de cobro de estancia, ya que no hubo entrega válida ni conformidad del cliente.
Una respuesta oficial y por escrito indicando cómo procederán para resolver esta incidencia.
Documentación aportada:
– Fotografías .
– Documento de recepción del vehículo.
– Conversaciones con el taller.