Realicé la contratación de sus servicios via telefónica, sin embargo, por cuenta de que mi identificación es tarjeta roja de Colombia la contratación no fue llevada acabo por políticas propias de la empresa.
A pesar de lo mencionado me obligaron a pagar 51 euros por el desistimiento de un servicio que nunca fue provisto y al día de hoy mantengo una deuda con la compañía de cerca de 300 euros.
Es absurdo que me hayan cobrado y me pretendan cobrar ya que sus políticas no permiten que yo pueda ser su cliente y el servicio nunca fue provisto y se canceló telefónicamente cualquier contratación.