Resolvemos las dudas más frecuentes de los consumidores sobre papillas.
¿Qué son las papillas de cereales?
Las papillas de cereales son uno de los primeros alimentos semisólidos que se dan a los bebés. Forman parte de la llamada “alimentación complementaria” porque sirven para acompañar a las tomas de leche materna o de “leches” artificiales formuladas especialmente para bebés.
¿Qué aportan las papillas al bebé?
Su función es ayudar a cubrir parte de las necesidades de calorías y nutrientes de los lactantes, que van creciendo conforme los bebés aumentan de talla y peso, incrementan su movilidad… Lo que más aportan los cereales son hidratos de carbono complejos (almidón sobre todo). Pero también aportan algo de proteínas, minerales, vitaminas, fibra (sobre todo si los cereales son integrales) y ácidos grasos.
¿Qué cereales elegir para preparar una papilla?
Una vez tolerados, generalmente a partir del 6º mes, se pueden introducir los cereales con gluten (el trigo, el centeno, la cebada, la avena...). Lo que conviene evitar son las papillas que, aparte de cereales, contienen ingredientes ricos en azúcares: cereales con galleta, con miel o con cacao.
Ten cuidado con dar un trozo de pan o de galleta a tu bebé. Para hacerlo deberías esperar hasta haber introducido en su dieta los cereales con gluten y estar seguro de que no le causan ningún problema.
¿Cómo hacer la papilla de cereales?
Hay papillas ya preparadas y listas para su consumo, pero también en polvo, deshidratadas, que suelen prepararse con leche. Lo más recomendable es emplear la propia leche materna o una fórmula de continuación, especialmente preparada para cubrir las necesidades de los más pequeños, y preparar la mezcla siguiendo las instrucciones del fabricante.. Nunca debe usarse en los primeros meses es leche de vaca.
¿Cómo puedo evitar los grumos?
Utilizando una leche que no esté fría. Pero si ya te han salido los grumos, puedes batir el producto antes de dárselo al bebé.
¿Qué pasa si no le doy cereales a mi bebé?
Si solo le das leche materna en exclusiva hasta los seis meses de edad, estarás siguiendo lo que que recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud).
A partir de los 6 meses, lo habitual es empezar a combinar la lactancia con la llamada "alimentación complementaria". Se trata de ayudar al bebé a hacer la transición hacia una dieta variada: al principio con unos pocos alimentos, que su cuerpo esté preparado para ingerir y digerir bien, espaciando sus tomas para observar la aparición de posibles alergias... Así además se consigue cubrir sus necesidades crecientes de nutrientes, conforme el bebé gana en peso, talla, movimiento, autonomía, etc.
En nuestro entorno, esos primeros alimentos suelen ser algunas frutas o verduras y también algunos cereales, en forma de purés o papillas muy triturados. Pero quien mejor puede orientarte sobre cómo hacer la transición desde la leche materna (o la fórmula de continuación) a la alimentación semisólida o sólida, es el pediatra.
¿Son seguras las papillas de cereales?
Es lo mínimo que se puede pedir a una papillas elaboradas para bebés de corta edad, un grupo de población especialmente sensible y vulnerable.
OCU ha sometido a un completo estudio de seguridad a las 10 papillas multicereales seleccionadas: se han revisado una gran variedad de posibles contaminantes y tóxicos, desde pesticidas hasta metales pesados.
- En un estudio anterior, en 2013 OCU alertó sobre una contaminación puntual en algunas papillas de cereales por aflatoxinas, unas sustancias potencialmente tóxicas producidas por mohos. Eso no se ha repetido en este estudio.
- No debería detectarse bacterias, mohos ni levaduras. Pero en un caso había unas cuantas y, por el tipo de bacterias encontradas (enterobacterias), eso es indicador de que debería cuidarse más la higiene durante su fabricación. Aunque, como la cantidad detectada es pequeña, no va a tener repercusiones en la salud de los bebés.
- Aparte, hemos detectado dos metales pesados, muy ubicuos: el cadmio y el arsénico. Estaban presentes en casi todas las muestras, si bien no se han sobrepasado nunca las cantidades de ingesta toleradas por la ley. Este es un tipo de contaminación que debiera vigilarse, especialmente en alimentos destinados a bebés. Además, si a tu bebé le das sobre todo papillas de arroz, sí podría estar ingiriendo niveles más altos de arsénico porque es muy frecuente encontrarlo en este cereal y sus derivados.