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Medicamentos y mayores: caídas evitables

A partir de los 65 años, tomar muchos medicamentos aumenta el riesgo de caídas. Es un buen motivo para revisar los tratamientos con el médico y hacer todo lo posible para prevenir estos accidentes. Porque tras una caída, una persona mayor puede convertirse en una persona frágil.

24 febrero 2025
una persona ayuda a levantarse del suelo a un mayor que se ha caído

A medida que envejecemos y vamos perdiendo capacidades, aumenta el riesgo de caídas. También suele ocurrir que con la edad crece la lista de medicamentos que tomamos a diario: para los problemas cardiacos, el insomnio, los dolores de la artrosis, la próstata, la tensión alta... Pero lo que no todo el mundo sabe es que algunos efectos secundarios de estos fármacos aumentan la probabilidad de caerse. Los datos son elocuentes:

  • Se estima que el 30% de los mayores de 65 años y el 50% de los que superan los 80 años tienen al menos una caída al año. La mitad de quienes se han caído una vez volverán a hacerlo a lo largo de ese mismo año. Y la probabilidad de caerse en un hospital o una residencia es el triple con respecto al domicilio.
  • Entre las personas que se caen, del 5 al 20% presentan lesiones graves, tales como fracturas, traumatismos en la cabeza o lesiones en partes blandas. También influye, y muy negativamente, el tiempo que una persona permanece tendida en el suelo hasta que llega la ayuda.
  • En las personas de 70 años o más, las caídas son la causa principal de muerte por lesiones. 

Las repercusiones en la calidad de vida son enormes: la persona que se cae pierde movilidad e independencia, empieza a sentir miedo e inseguridad en sus desplazamientos, y esto le lleva a disminuir su actividad, entre otros muchos efectos. Las consecuencias de una caída pueden ser el inicio de una discapacidad y predisponen a una mayor fragilidad en el adulto mayor.

Circunstancias que favorecen las caídas

Las caídas en las personas mayores no suelen tener una única causa. En la literatura científica encontramos un amplio listado de factores de riesgo:

  • Tener más de 65 años.
  • La debilidad muscular y la pérdida paulatina de equilibrio o de movilidad.
  • Tener problemas de visión.
  • Haber sufrido una caída previa en los últimos 12 meses.
  • Notar mareos al levantarse rápido (la llamada hipotensión postural).
  • Consumir alcohol.
  • La presencia de enfermedades crónicas tales como Parkinson, dolor muscular crónico, artrosis de rodilla, deterioro cognitivo, arritmias, apnea, etc.
  • Vivir en un hogar que no esté adaptado: con alfombras u otros obstáculos en el suelo, con superficies resbaladizas, etc.
  • Pasar a un entorno desconocido, como cuando se ingresa en un hospital o una residencia.
  • Llevar calzado inapropiado.

Medicamentos que aumentan el riesgo de caídas

Algunos medicamentos para tratar muchos de los males comunes en las personas mayores producen unos efectos secundarios indeseables. A partir de los 65 años, se tiene menos capacidad para eliminar estos medicamentos del organismo, lo que les hace extremadamente sensibles a sus efectos. Entre los fármacos que más preocupan se encuentran los que aquí presentamos:

Pide al médico que revise tu tratamiento

Si tienes alguno de estos efectos secundarios, acude al médico con la lista de tus medicamentos y pregúntale si conviene continuar o no con los tratamientos. Habrá situaciones en las que la medicación ya no sea necesaria, mientras que en otras seguirá haciendo falta, pero puede haber alternativas o dosis más seguras.

Después de una modificación en el tratamiento, es importante hacer un seguimiento por si surge un síntoma nuevo o vuelven los problemas de salud iniciales.

Atención si tomas un ansiolítico o un somnífero

En el caso de los fármacos que se usan para tratar la ansiedad o el insomnio (las benzodiazepinas), la situación es especial: después de un tiempo tomándolos, deben retirarse de la medicación diaria, no importa que hayan aparecido o no sus efectos secundarios. Son medicamentos que conviene tomar solo durante unas pocas semanas, tal y como indican sus prospectos. Pasado ese tiempo se desarrolla tolerancia y dependencia física, con lo cual el riesgo del tratamiento supera al beneficio.

La forma adecuada de retirar estos fármacos es bajando la dosis poco a poco, a lo largo de varias semanas. El médico nos dirá cómo hacerlo. 

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